La congresista María Elvira Salazar reaccionó con entusiasmo a la aparición de seis vallas en su apoyo, financiadas por migrantes cubanos con estatus I-220A, en respuesta a una valla colocada en la autopista Palmetto que la acusaba, junto a otros legisladores, de traicionar a los inmigrantes. Salazar agradeció el respaldo y reafirmó su compromiso con la comunidad migrante, destacando su labor en el Congreso para apoyar a quienes huyen de regímenes dictatoriales.