Los votantes de California han dado un giro hacia medidas más estrictas en materia de justicia penal, aprobando una propuesta que convierte en delitos graves ciertos robos en tiendas para reincidentes y eleva las penas para cargos relacionados con drogas, incluyendo aquellos que involucran el opioide fentanilo.
Esta medida también permite a los jueces ordenar tratamientos para personas con múltiples delitos de drogas, ofreciendo una respuesta más firme a la creciente preocupación por el aumento de la delincuencia.
Esta iniciativa revierte parcialmente una reforma progresista de 2014 que había reducido varios delitos no violentos, como robos menores a 950 dólares y algunos delitos de drogas, a simples faltas.
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La nueva ley refleja la frustración de los votantes, quienes cada vez culpan más a las políticas de reforma de justicia penal y a los fiscales de orientación progresista por problemas como el robo en tiendas y la situación de personas sin hogar.
Si bien resulta complejo medir el alcance de la delincuencia en California por la falta de datos locales, incidentes capturados en video de grandes grupos realizando robos masivos han intensificado la percepción pública de inseguridad. Ejemplos recientes incluyen el saqueo de una tienda Nike en Los Ángeles tras la victoria de los Dodgers en la Serie Mundial.
Los promotores de la iniciativa afirman que esta ley era necesaria para cerrar vacíos legales que dificultaban la acción policial contra los ladrones reincidentes y los traficantes de drogas. “Este es un mensaje contundente de que los californianos están listos para tener comunidades más seguras”, declaró Anne Marie Schubert, copresidenta de la coalición que apoyó la medida, subrayando la intención de los votantes de recuperar el orden en sus comunidades.