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Estados Unidos

EE.UU. se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, denunciando sesgo y falta de credibilidad

La administración Trump justifica su salida por la presencia de regímenes autoritarios en el organismo y su trato desproporcionado hacia Israel, mientras la comunidad internacional expresa preocupación por el impacto de la decisión.

Estados Unidos ha anunciado oficialmente su retirada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, argumentando que el organismo está sesgado y que sus miembros no cumplen con los principios que debería defender. La decisión, confirmada por la administración del presidente Donald Trump, marca un punto de inflexión en la relación del país con los organismos multilaterales y ha generado diversas reacciones a nivel internacional.

El secretario de Estado, Marco Rubio, explicó en una conferencia de prensa que la decisión se debe a lo que la administración considera un "doble estándar" en la selección de los países miembros del consejo. Según Rubio, "el Consejo de Derechos Humanos ha permitido que regímenes autoritarios con graves violaciones a los derechos humanos formen parte de su estructura, mientras adopta posturas injustas contra naciones democráticas".

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Otro de los factores clave en la decisión ha sido la postura del Consejo respecto a Israel. Washington ha criticado en múltiples ocasiones lo que considera un trato desproporcionado hacia Israel, señalando que el país ha sido objeto de numerosas resoluciones condenatorias, mientras que otras naciones con antecedentes cuestionables en derechos humanos no reciben la misma presión.

La decisión de EE.UU. ha sido recibida con preocupación por parte de aliados y organismos internacionales. El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó la retirada estadounidense y destacó que el Consejo de Derechos Humanos es un pilar fundamental en la defensa de los derechos fundamentales en el mundo.

Por su parte, la Unión Europea ha expresado su desacuerdo con la decisión y ha instado a EE.UU. a reconsiderar su postura, argumentando que su presencia es clave para mantener el equilibrio y la credibilidad del organismo.

Desde América Latina, países como México y Argentina han manifestado su preocupación por la medida, resaltando la importancia del Consejo en la lucha contra violaciones a los derechos humanos en la región. En contraste, gobiernos como el de Rusia y China han señalado que la retirada estadounidense es una muestra del debilitamiento de su compromiso con los foros internacionales.

La salida del Consejo de Derechos Humanos es una de varias decisiones de la administración Trump que buscan reducir la participación de EE.UU. en organismos multilaterales. Anteriormente, el país ya había abandonado la UNESCO y había reducido su financiamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Analistas consideran que esta decisión podría debilitar la influencia de EE.UU. en los debates sobre derechos humanos a nivel global y dejar un vacío que podría ser ocupado por otras potencias con diferentes agendas. Sin embargo, la administración Trump ha asegurado que seguirá promoviendo los derechos humanos a través de acuerdos bilaterales y otras plataformas internacionales.

A medida que la comunidad internacional reacciona a esta decisión, queda por verse si EE.UU. reconsiderará su postura en el futuro o si buscará nuevas estrategias para influir en el ámbito de los derechos humanos sin formar parte del Consejo de la ONU.

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