El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la extensión por un año de las licencias que autorizan ciertas exportaciones y transacciones hacia Cuba bajo la Ley de Comercio con el Enemigo, un marco legal que sostiene desde hace décadas el régimen de sanciones contra la isla.
La medida, oficializada mediante un memorándum dirigido al Secretario de Estado y al Secretario del Tesoro, prorroga hasta el 14 de septiembre de 2026 la vigencia de estas disposiciones, que de lo contrario habrían expirado el 14 de septiembre de 2025.
Según el documento, la continuidad de las licencias es considerada de “interés nacional” para Estados Unidos. Con esta instrucción, la Casa Blanca ordenó al Departamento del Tesoro publicar la resolución en el Registro Federal, asegurando que el esquema de sanciones y autorizaciones especiales hacia Cuba se mantenga sin cambios.
Impacto en las regulaciones vigentes
La prórroga tiene efectos directos sobre las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (31 CFR Parte 515), que determinan las condiciones bajo las cuales pueden realizarse transacciones financieras y comerciales con la isla. Estas normativas han sido el pilar de la política de sanciones de Washington contra La Habana durante más de sesenta años.
Aunque la decisión mantiene intactas las restricciones generales, garantiza la continuidad de licencias específicas, como las que permiten exportaciones con fines humanitarios o ciertas operaciones económicas previamente autorizadas.
Presión y continuidad
Con esta medida, la administración Trump reafirma su estrategia de mantener la presión política y económica sobre el régimen cubano, al tiempo que preserva un marco legal que permite operaciones puntuales que, sin estas licencias, quedarían totalmente prohibidas.