El submarino nuclear ha regresado al norte del Atlántico, mientras que el resto de los buques de guerra se dirigen hacia el sur, con planes de hacer escala en Venezuela, según informó un funcionario estadounidense a McClatchy y al Miami Herald el martes.
Buques de guerra estadounidenses y canadienses, incluidos destructores y guardacostas, escoltaron al submarino en su viaje de regreso frente a la costa de Florida en aguas internacionales, destacando la importancia del submarino y su proximidad a las costas estadounidenses.
Un funcionario del Comando Norte de Estados Unidos comentó que la Marina sigue vigilando de cerca los movimientos de los buques rusos, ya que su presencia en el hemisferio occidental representa el primer despliegue naval ruso significativo en la región en cinco años y el primer despliegue de un submarino nuclear desde el fin de la Guerra Fría.
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La flota rusa, compuesta por la fragata misilística Almirante Gorshkov, el submarino nuclear de misiles de crucero Kazan, el petrolero Pashin y el remolcador de salvamento Nikolai Chiker, llegó a La Habana el miércoles pasado, seguida de cerca por buques militares estadounidenses y canadienses. Funcionarios estadounidenses confirmaron el despliegue de tres destructores de misiles guiados –el USS Truxtun, el USS Donald Cook y el USS Delbert D. Black–, así como de un cúter de la Guardia Costera, el Stone, y un avión de patrulla marítima Boeing P-8. Estos permanecieron en aguas cercanas a La Habana durante varios días.
Los funcionarios estadounidenses ya habían anticipado que los buques rusos se dirigían a Venezuela para realizar maniobras militares en el Caribe. El miércoles pasado, los buques de combate rusos y el submarino se aproximaron a las costas de Florida en su ruta hacia La Habana. Datos abiertos de seguimiento por satélite mostraron uno de los buques rusos a menos de 30 millas de Cayo Largo.
El martes por la tarde, tres buques de guerra estadounidenses, incluidos el destructor USS Truxtun y el cúter de la Guardia Costera Stone, junto con la fragata canadiense HMCS Ville de Québec, se posicionaron cerca de las costas de Miami, y luego continuaron su desplazamiento hacia el norte, cerca de la costa de Florida, según el portal de seguimiento por satélite marinetraffic.com. Otro buque de guerra canadiense, el HMCS Margaret Brook, que había atracado en La Habana junto con el submarino y la fragata rusos, estaba frente a West Palm Beach el martes por la tarde.
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Las fuerzas armadas estadounidenses también intentaron seguir la trayectoria de la flota con la ayuda de naves no tripuladas conocidas como saildrones, tecnología utilizada para vigilar corrientes oceánicas y huracanes. Según los datos de seguimiento por satélite, tres de estas naves fueron localizadas cerca del centro de Cuba el martes por la mañana. La Marina de Estados Unidos ha incorporado recientemente tecnología de rastreo de submarinos a los saildrones.
Funcionarios y medios rusos han dicho poco sobre el próximo destino de la flota. Sin embargo, el lunes, el comandante de la fragata Almirante Gorshkov, en una declaración vaga a la agencia de noticias rusa Tass, sugirió que la flota reanudaría “el servicio de combate”. “Hemos cumplido todo lo planeado”, dijo el capitán Pavel Konov. “Estamos preparados para continuar con las tareas del servicio de combate”.
Durante su estancia en La Habana, los marineros rusos descansaron, visitaron un museo dedicado a Fidel Castro, fueron a la playa y probaron mangos. Los curiosos cubanos hicieron fila para visitar la fragata, que también fue recorrida por el líder cubano Miguel Díaz-Canel y la CNN.
Tanto funcionarios estadounidenses como rusos y cubanos han restado importancia a la visita. Cuba afirmó que los buques de guerra rusos no llevaban armas nucleares, y un portavoz del Kremlin dijo que la presencia de buques de guerra rusos en el hemisferio occidental no debería ser motivo de preocupación, considerándolo algo normal.