Concluye el juicio contra el exministro cubano Alejandro Gil bajo un fuerte secretismo
El juicio contra el exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, concluyó este jueves en La Habana en un ambiente marcado por la opacidad, la censura y la ausencia total de prensa independiente. El proceso quedó oficialmente “concluso para sentencia”, según confirmó el periodista Mario J. Pentón.
Las audiencias se realizaron en el Tribunal Municipal de Marianao, bajo supervisión del Tribunal Supremo Popular, y con un despliegue inusual de seguridad que impidió el acceso público y limitó la presencia de familiares.
Cargos graves y un proceso sin transparencia
Gil Fernández enfrenta un amplio paquete de delitos, entre ellos:
La gravedad de los cargos, muchos catalogados como delitos “contra la seguridad del Estado”, ha servido como justificación oficial para mantener el proceso en completo hermetismo.
La familia denuncia un “juicio cerrado, sin garantías”
La hermana del exministro, María Victoria Gil, denunció públicamente que el juicio se desarrolló sin transparencia y bajo un estricto control que dejó fuera a varios familiares.
“Fue un juicio a puertas cerradas, con un gran despliegue de seguridad. Todo se ha manejado con un absoluto secretismo”, declaró en una entrevista reciente.
Aseguró que solo uno de los familiares pudo entrar a la sala y que no existe comunicación clara sobre lo ocurrido durante las audiencias.
María Victoria afirmó haber tenido esperanzas de un sobreseimiento por falta de pruebas, pero admitió que el desenlace parece predeterminado:
“Pienso, para mal, que es una sentencia ya dictada. Dios quiera que me equivoque.”
Tres posibles escenarios para la sentencia
De acuerdo con sus declaraciones, ahora solo quedan tres opciones:
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Que la Fiscalía mantenga su petición de cadena perpetua.
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Que se reduzca la petición fiscal a una sanción menor.
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Que se retire la acusación, algo que la familia considera “casi imposible”.
Un caso cargado de censura, crisis y mensaje político
El juicio contra Alejandro Gil —quien fue uno de los pilares del equipo económico de Miguel Díaz-Canel— ocurre mientras Cuba atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente.
El silencio absoluto de los medios estatales, la falta de información sobre las pruebas presentadas y el fuerte despliegue policial refuerzan la percepción de un juicio con fines ejemplarizantes dentro del aparato político del país.
Para su familia, el proceso no solo carece de justicia, sino que refleja el funcionamiento real del sistema:
“Mi hermano está en manos de un sistema que castiga la caída, no el delito.”