El emotivo reencuentro en Miami de un ex diplomático cubano que desertó en Madrid en 1988 y el alto oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que lo ayudó a llegar a tierras de libertad, culminó con un extraordinario y urgente llamado a los miembros de la inteligencia castrista.
En el programa A Fondo, de AméricaTeVe, Héctor G. Aguililla se fundió en un abrazo con Dale Bendler, quien se encargó de sacarlo de España junto a su esposa e hijos, burlando la persecución de los agentes de la dictadura que trataban de capturarlo y enviarlo de regreso a la isla.
Aguililla, hoy de 71 años, se encontraba de tránsito en Madrid hacia un nuevo puesto diplomático en Madagascar cuando decidió romper con el castrismo y buscar el amparo de las autoridades norteamericanas.
Fue ahí que Bendler, un legendario y condecorado oficial de la CIA, tomó el caso en sus manos y consiguió llevar a salvo a la familia hasta Frankfurt, Alemania. Dos semanas después, Aguililla, su esposa Miriam y sus hijos Maitelis y Héctor Eduardo, de 13 y 10 años, respectivamente, llegaban a la Base Andrews, en Washington, D.C., a bordo de un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
En el programa, conducido habitualmente por Juan Manuel Cao, Aguililla estuvo acompañado por Miriam, su hijo Héctor y dos de sus nietos. A Bendler lo acompañó su esposa Sandra, a quien conoció cuando era jefe de la estación de la CIA en Angola.
Las trayectorias de Aguililla y Bendler se cruzaron en uno de los momentos de mayor confrontación de la Guerra Fría; protagonistas ambos de operaciones secretas que abarcan amplios escenarios del Medio Oriente, Africa y Europa.
Al final del programa, Aguililla y Bendler hicieron un llamado a los miembros de la inteligencia y el aparato represivo castrista para que asuman su responsabilidad histórica en defensa del pueblo cubano. Miriam Aguililla comentó emocionada que, a diferencia de la versión derogatoria que el castrismo ha hecho de la CIA, sus oficiales se destacan por un profundo grado de humanidad.