En la capital cubana, el régimen lanza nuevamente a sus inspectores estatales a cerrar negocios privados y obligarlos a hacer venta forzada de productos en su constante arremetida contra la iniciativa privada y como parte de su fracasada campaña por bajar los altos precios de los alimentos.
Así ocurrió con el establecimiento comercial privado Dos en Uno, en el municipio Playa, como muestra un reporte de la televisora oficialista local Canal Habana.
La nueva arremetida pública del régimen contra mercados y establecimientos comerciales privados en La Habana muestra también las elevadas multas que imponen los inspectores estatales a quienes acusa de violar los actuales topes de precios de varios productos y revela cómo pese a que sea obligatoria el uso del pago electrónicas, ni las amenazas ni sanciones contra los comerciantes, evitan los grandes problemas que existen con la aplicación de estas formas de pago en Cuba.
Lo irónico de estos recurrentes intentos del régimen de bajar los precios de los alimentos con cierres de negocios, multas y ventas forzadas es que ocurren mientras, pese a lo que digan los más recientes datos oficialistas sobre que la inflación baja en la isla, este supuesto descenso ni se lo sienten por casualidad los tan golpeados bolsillos de los cubanos.
El pasado año, la inflación específicamente en el tema de los alimentos y bebidas no alcohólicas en la isla se reportó, siempre citando los cuestionados datos oficiales, un aumento de poco más del 28 por ciento, mientras continúa la drástica caída en la producción de alimentos como la carne de cerdo, los huevos y la leche.
Otro de los tantos sectores sensibles donde la inflación interanual aumentó en el 2024 en Cuba, fue el de la salud, con un 0.85 %.
Las autoridades de Salud Pública regularon ahora que los cubanos compren las medicinas en las farmacias de forma restringida al día que le toque a su consultorio del médico de la familia, en momentos en que de los más de 650 medicamentos del Cuadro Básico en la isla, están en falta ahora más de 460.