Rusia estaría detrás de los misteriosos incidentes, conocidos como Síndrome de La Habana, contra diplomáticos, militares y oficiales de inteligencia de Estados Unidos, destacados alrededor del mundo, según el testimonio del teniente coronel Greg Edgreen, ex investigador de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa.
Se trata de los supuestos ataques llevados a cabo durante años por medio de pulsaciones de energía dirigida o microondas. Las declaraciones de Edgreen este domingo al programa “60 Minutos”, bajo la conducción del periodista Scott Pelley, así como otros testimonios y evidencias presentados forman parte de una investigación conjunta de la cadena CBS, el periódico independiente ruso The Insider y la revista alemana Der Sipegel.
“Si yo le muestro a mi mamá la evidencia que he visto, ella me diría claro que son los rusos, estúpido”, dijo el oficial Edgreen, recientemente retirado, quien entre 2021 y 2023 encabezó el grupo de trabajo de la Agencia de Inteligencia del Pentágono (DIA), encargado de investigar los misteriosos incidentes.
De acuerdo con The Insider, esa responsabilidad permitió a Edgreen tener acceso a información clasificada, reunida no sólo por el Departamento de Defensa, sino también por otras entidades de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos.
“Si me equivoco acerca de que Rusia está detrás de los incidentes anómalos de salud, vendré a su programa y me comeré mi corbata”, dijo Edgreen a Pelley, quien ha conducido esta investigación por espacio de cinco años.
Los ataques formarían parte de una operación mayor a cargo de la Unidad 29-155 del Servicio de Inteligencia Militar (GRU), cuyo comandante fundador es el general Andrei Averyanov, actual subdirector de la entidad de espionaje del Ministerio de Defensa de Rusia. De acuerdo con la investigación periodística, los ataques habrían comenzado dos años antes que se registraran en Cuba más de una veintena de casos en 2016 y 2017. Según el conocido abogado Mark S. Zeid, quien representa a varias de las víctimas, el primer episodio sucedió en Frankfurt, Alemania, en 2014.
Otro de los presuntos ataques habría ocurrido una noche en octubre de 2021 en Tiblisi, Georgia, según el testimonio de una enfermera y esposa de un diplomático estadounidense destacado en ese país. 60 Minutes menciona una llamada telefónica interceptada esa noche en que la que se escucha a un hombre preguntar en ruso: “¿Se supone que tenga unas lucecitas verdes? ¿Debo tenerlo encendido toda la noche?”.
El programa de la cadena CBS presentó, además, el video del arresto el 16 de junio de 2020 del ciudadano ruso Vitali Kovaliov, quien fue detenido mientras conducía un auto Mustang a más de 100 millas por horas, tras una persecución de 15 millas en la carretera de Los Cayos, del sur de Florida. Kovaliov llevaba consigo un sofisticado equipo electrónico con el que podía borrar los datos computarizados del auto, un GPS y documentos bancarios de CITIBANK con un saldo de $75,000.
Kovaliov fue entrevistado durante 80 horas por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y sentenciado a 30 meses de cárcel, que cumplió en Estados Unidos. 60 minutesconversó al respecto con una agente del FBI, autorizada a hablar sobre el caso bajo el pseudónimo de “Carrie”.
Kovaliov había trabajado anteriormente como chef en Washington y Nueva York. Pero al salir de prisión regresó a Rusia, donde aparentemente habría muerto en el frente de batalla en Ucrania. Según el periodista investigador, de The Insider, Christo Grozev, en realidad Vitali Kovaliov había estudiado ingeniería y microelectrónica en el Instituto Militar ruso de Radioelectrónica, antes de venir a Estados Unidos.
60 minutes muestra una copia del correo electrónico, que según Grozev, vincula a la Unidad 29-155 de la agencia rusa de espionaje militar (GRU) con un arma de energía dirigida no letal. Moscú habría compartido este tipo de tecnología con los servicios de inteligencia de países aliados, como Vietnam.
Los testimonios y datos aportados en la investigación del programa 60 minutes, de CBS, The Insider y Der Spiegel ponen en duda las recientes conclusiones del Instituto Nacional de Salud, acerca del impacto del Síndrome de La Habana en las víctimas, y contradicen sobre todo el reporte “Evaluación sobre Incidentes Anómalos de Salud”, de la Comunidad de Inteligencia, publicado en marzo de 2023. Según este informe no hay evidencia de que detrás de los incidentes estuviera un actor extranjero y que los síntomas de los funcionarios afectados se debían a condiciones preexistentes de salud.