Allá por el barrio de Santos Suárez había un señor de la raza de color llamado Gregorio Sardiñas, muy amigo mío, y el cual tenía el nombrete de Chocolate, creo que a lo mejor era por su piel de color achocolatado. En la esquina de donde vivía mi amigo Sardiñas había una bodega de la cual era dueño un español llamado Robustiano al cual llamábamos “el gallego”, esa costumbre cariñosa que tenemos los cubanos de llamar gallegos a todos los que nacieron en la madre patria.
Bueno pues Chocolate tenía la mala costumbre de tomar su Terry Malla Dorada en la bodega de Robustiano y le decía a él que se lo apuntara, y cuando Chocolate tenía más de cuarenta Terry’s sin pagar ya Robustiano no pudo más y le dijo bravamente:
“Toma Chocolate y pagas lo que debes”.
Esta alocución desesperada de Robustiano llegó a oídos de José Antonio Fajardo, flautista gloria musical cubana, el cual raudo y veloz compuso el cha cha cha El Bodeguero en honor a Robustiano; cuando le decías a Chocolate que tomara y que pagara lo que debía. Esa pieza musical ha sido interpretada por muchas orquestas desde conjuntos de barrio hasta Sinfónicas nacionales y cantada por infinidad de intérpretes, hasta Nat Kong Cole cuando fué a Cuba en los años cincuenta, cabe decir que Nathaniel Cole y su esposa habían comprado una casa en La Habana para mudarse para Cuba y Fidel Castro se la quitó.
Esta frase ha quedado como lo que le dice uno a una persona que le debe dinero; es más ya con solo decir: “oye toma chocolate” ya significa que te paguen lo que te deben.
Mi amigo Chocolate estaba muy contento de que había pasado a la fama debiéndole dinero a Robustiano, a lo cual no supe nunca si le había pagado pues llegó Fidel Castro,el mayor de los ladrones y todo cambió para mal.
FUENTE: Ramoncito 9-30-2021