El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel “hará que se pague un alto precio por cualquier agresión contra nosotros en cualquier frente”, pero no mencionó el asesinato. “Nos esperan días difíciles”, añadió.
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SUSCRIBITEEl primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel “hará que se pague un alto precio por cualquier agresión contra nosotros en cualquier frente”, pero no mencionó el asesinato. “Nos esperan días difíciles”, añadió.
Israel había prometido matar a Haniyeh y a otros líderes de Hamás por el ataque del grupo contra el sur de Israel el pasado 7 de octubre. El atentado del miércoles se cometió después de que Haniyeh asistiera a la investidura del nuevo presidente iraní en Teherán, y apenas unas horas después de que Israel atacara a un comandante de la milicia Hezbollah en la capital libanesa, Beirut.
El asesinato del líder político de Hamás amenazaba con tener consecuencias en los conflictos entrelazados en la región debido a su objetivo, el momento y la decisión de ejecutarlo en Teherán. El mayor riesgo es un conflicto directo entre Irán e Israel si Irán toma represalias.
En un comunicado en su sitio web oficial, el ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, dijo que era “nuestro deber” cobrar venganza, y que Israel se ha “ganado un duro castigo para sí” al matar “a un huésped querido en nuestro hogar”.
Irán e Israel ya estuvieron cerca de una guerra en abril, cuando Israel bombardeó la embajada iraní en Damasco. Irán respondió e Israel hizo lo propio en un intercambio de fuego sin precedentes en sus respectivos territorios, aunque los esfuerzos internacionales lograron contener ese ciclo de represalias antes de que se saliera de control.
La muerte de Haniyeh también podría hacer que Hamás abandonara las negociaciones que se han desarrollado durante 10 meses para buscar un cese al fuego en Gaza, y donde los mediadores estadounidenses habían dicho que se hacían progresos.
Además, el asesinato podría agravar las tensiones ya existentes entre Israel y su poderoso rival Hezbollah, que diplomáticos internacionales intentaban contener después de que un cohete matara el fin de semana a 12 jóvenes en los Altos del Golán.
Israel perpetró un ataque en Beirut el martes por la noche en el que dijo haber matado a un importante comandante de Hezbollah que supuestamente era responsable del ataque en los Altos del Golán. Hezbollah, que negó haber participado en el ataque del fin de semana, confirmó la muerte de Fouad Shukur el miércoles, señalando que se encontraba en el edificio que fue impactado. El ataque también mató a tres mujeres y dos niños, de acuerdo con el Ministerio de Salud libanés.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que “no hay indicios de que sea inminente una escalada” en Oriente Medio y que aún es posible un acuerdo de alto el fuego para Gaza. También dijo que Estados Unidos no podía confirmar de forma independiente los informes sobre lo ocurrido en Teherán. Una cuestión clave es si Israel informó con antelación a Estados Unidos, su principal aliado.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que estaba de visita en Singapur, respondió a una pregunta sobre el asesinato de Haniyeh diciendo que “esto es algo de lo que no estábamos al tanto ni implicados". En declaraciones a Channel News Asia, Blinken dijo que no especularía sobre su impacto en los esfuerzos de cese al fuego.
El Consejo de Seguridad de la ONU realizó una sesión de emergencia el miércoles para debatir los ataques, pero parecía poco probable que el Consejo se alineara en torno a cualquier mensaje. Estados Unidos, aliado clave de Israel, y Rusia, que mantiene estrechos vínculos con Irán, son miembros del Consejo con derecho de veto.
Un funcionario de alto rango de Hamás y cercano a Haniyeh, Khalik al-Hayya, comentó a los periodistas en Irán que quien sea que sustituya a Haniyeh, “seguirá la misma visión” respecto a las negociaciones para poner fin a la guerra, y continuará con la misma política de resistencia contra Israel. Se esperaba que el principal órgano consultivo de Hamás se reuniera pronto, probablemente tras el funeral de Haniyeh el viernes en Qatar, para nombrar a un sucesor.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que aún tenía esperanzas de una solución diplomática en la frontera entre Líbano e Israel. “No creo que la guerra sea inevitable”, dijo. “Creo que siempre hay espacio y oportunidad para la diplomacia, y me gustaría ver a las partes aprovechar esas oportunidades”.
Pero diplomáticos internacionales que intentaban desactivar las tensiones expresaron su alarma. Un diplomático occidental cuyo país ha trabajado para impedir una escalada entre Israel y Hezbollah, dijo que los dos ataques en Beirut y Teherán “casi han matado” las esperanzas de un cese al fuego en Gaza y podrían llevar a Oriente Medio a una “devastadora guerra regional”. El diplomático habló bajo condición de anonimato para comentar la delicada situación.
Israel no suele comentar los asesinatos perpetrados por su agencia de inteligencia Mossad o las operaciones en otros países.
En un comunicado de su oficina, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, dijo que Israel no quiere una guerra después de su ataque al comandante de Hezbollah en Beirut, “pero nos estamos preparando para todas las posibilidades”. No mencionó el asesinato de Haniyeh, y un resumen proporcionado por Estados Unidos de su llamada con Austin tampoco lo menciona.
El asesinato de Haniyeh en el extranjero se produce cuando Israel no ha tenido un éxito claro a la hora de acabar con la cúpula de Hamás en la Franja de Gaza, a la que se considera principal responsable de la planificación del atentado del 7 de octubre.
Haniyeh abandonó la Franja de Gaza en 2019 y había vivido exiliado en Qatar. Israel ha atacado a líderes de Hamás en Líbano y Siria durante la guerra, pero hacerlo en Irán era mucho más delicado. Sin embargo, Israel ha operado allí en el pasado y se cree que mantiene desde hace años una campaña de asesinatos contra científicos nucleares iraníes. En 2020, un importante científico nuclear militar iraní, Mohsen Fakhrizadeh, fue asesinado por una ametralladora controlada a distancia cuando viajaba en auto a las afueras de Teherán.
En las últimas horas de Haniyeh en Irán —un estrecho aliado de Hamás— se le vio sonriendo y aplaudiendo en la ceremonia de investidura del nuevo presidente, Masoud Pezeshkian. Imágenes de AP le mostraban sentado junto a líderes del grupo armado palestino Yihad Islámica y de Hezbollah, y medios iraníes difundieron imágenes en las que abrazaba a Pezeshkian. Haniyeh se había reunido antes con Jamenei.
Horas más tarde, Israel perpetró el ataque contra una residencia que Haniyeh utilizaba en Teherán y lo mató, según un comunicado de Hamás. También murió uno de sus guardaespaldas, según funcionarios iraníes. El funcionario de Hamás, Al-Hayya, dijo más tarde a la televisora estatal iraní que Haniyeh murió a causa de un misil.
La Guardia Revolucionaria iraní advirtió que Israel enfrentaría una “dura y dolorosa respuesta” de Irán y sus aliados en la región por el asesinato. Una influyente comisión parlamentaria iraní sobre seguridad nacional y política exterior iba a celebrar una reunión de urgencia sobre el ataque a última hora del miércoles.
La rama militar de Hamás dijo en un comunicado que la muerte de Haniyeh “lleva la batalla a nuevas dimensiones y tendrá grandes repercusiones sobre toda la región”.
Netanyahu ha dicho que Israel continuará su devastadora campaña en Gaza hasta que Hamás sea eliminado por completo. El miércoles afirmó que “todo” lo que Israel ha conseguido en los últimos meses se debe a que se resistió a las presiones internas y externas para poner fin a la guerra.
El bombardeo y las ofensivas israelíes en Gaza han matado a más de 39.300 palestinos y herido a más de 90.900, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, cuyo conteo no distingue entre civiles y combatientes.
Tras meses de ofensiva israelí, Hamás ha demostrado que sus combatientes aún pueden operar en Gaza y lanzar cohetes a Israel. Sin embargo, no está claro que tenga la capacidad de redoblar sus ataques en represalia por la muerte de Haniyeh.
Aparte de una represalia directa sobre Israel, Irán podría trabajar para incrementar los ataques a través de sus aliados, una coalición de grupos con apoyo iraní conocido como el “Eje de Resistencia” y que incluye a Hezbollah, Hamás, milicias de mayoría chií en Irak y Siria y a los rebeldes hutíes, que controlan buena parte de Yemen.
Como muestra de apoyo a Hamás, Hezbollah ha intercambiado fuego casi a diario con Israel a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel, en un conflicto acotado pero letal que ha amenazado varias veces con estallar en una guerra abierta.
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Los periodistas de The Associated Press Amir Vahdat en Teherán, Irán; Kareem Chehayeb en Beirut; David Rising en Bangkok, y Jon Gambrell en Ubud, Indonesia, contribuyeron a este despacho.
FUENTE: Associated Press
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