En la vivienda, que a simple vista parece una residencia familiar, vivían 30 personas en condiciones inhumanas.
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SUSCRIBITEEn la vivienda, que a simple vista parece una residencia familiar, vivían 30 personas en condiciones inhumanas.
Decenas de agentes policiales de Miami-Dade, junto a múltiples agencias federales, ejecutaron este miércoles una orden judicial en un centro de vida asistida, que según las autoridades, estaba operando sin las licencias adecuadas y era manejado por trabajadores que no tenían las credenciales médicas requeridas.
“Hoy se ejecutó una orden de registro que nuestra unidad de crímenes médicos lograron tener porque recibieron información que en esta casa que aparenta ser un duplex que la han hecho una casa estaban almacenando 30 personas, algunos son de la tercera edad, hay algunas que tienen discapacidades físicas y otras que tienen discapacidad mentales”, dijo Álvaro Zabaleta, portavoz de la policía de Miami-Dade.
La residencia se encuentra ubicada en la calle 207 y la avenida 122 del suroeste del condado.
Algunas de las personas que se encontraban en su interior fueron retiradas del lugar en ambulancias.
“Tenemos a Children and Family y el Departamento de Salud y también nuestros colegas federales que están presentes para ver exactamente qué cargos se pueden presentar, porque esto está operando sin licencia y esto es una fórmula para un desastre”, agregó Zabaleta.
Las autoridades informaron que en su interior, la vivienda fue transformada a una especie de hostal donde había literas y múltiples camas en las habitaciones.
“Esto es una gran preocupación, porque están tratando de la salud de las personas que están siendo tratadas médicamente por personas que no son profesionales”, continuó el vocero policial.
Una de las personas que vive en la casa es Kimberly Backer, quien se mostró sorprendida por la presencia de la policía y negó que los residentes estén viviendo en malas condiciones.
“No está mal, es bueno, quiero decir, si pudieras entrar y verlo tú misma, lo que están diciendo no es cierto. Yo vivo aquí y soy voluntaria, lavo la ropa y ayudo a limpiar, a hacer el desayuno, el almuerzo, la cena y también poner las mesas”, dijo la residente del centro de cuidados.
Los vecinos de la zona residencial manifestaron su agradecimiento por la intervención policial.
“El barrio es un barrio bastante tranquilo, pero si al sentir esto aquí se ve bastante feo, yo siempre paso por ahí y veo la casa cerrada, como una casa desolada, nunca vi ningún tipo de personas ahí”, dijo Johan Ledezma, residente del área.
“Nunca se oyó ningún problema con ellos, los pacientes saludaban, muy correcto, nunca vimos ningún latino, solo afros y que hablan en inglés”, dijo Leyla Mustelier, residente del área.
Las autoridades están entrevistando a las personas y trabajadores que se encontraban en el centro de cuidado y aún quedan pendientes los cargos que pudiera enfrentar el propietario de la vivienda.
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