La decisión tendría enormes consecuencias impositivas para Disney, cuyos parques temáticos han trasformado a Orlando en uno de los destinos turísticos más concurridos del mundo, y agrava la relación entre el gobierno republicano y uno de los principales actores políticos del estado.
Para DeSantis, el ataque a Disney es la batalla más reciente de una guerra cultural en torno a problemas como la raza, el género y el coronavirus, que lo han convertido en uno de los políticos republicanos más populares del país y un probable candidato presidencial en 2024.
La disputa con Disney se refiere a la crítica de la empresa a una nueva ley que prohíbe la instrucción sobre orientación sexual y género desde el jardín de infantes hasta tercer grado, así como la enseñanza que no sea “apropiada para esa edad o apropiada a ese grado de desarrollo”.
FUENTE: Redacción de Americateve.com