En el informe del inspector general del departamento, obtenido por The Associated Press, se indica que, en varias ocasiones, los funcionarios “se desviaron” del proceso estándar, permitiendo que el enviado, Rob Malley, accediera a reuniones e información clasificada que habría estado restringida.
“La Oficina del Inspector General también encontró que la ausencia de políticas estándar para los nombramientos políticos y la falta de supervisión del enviado especial Malley produjeron una importante confusión en cuanto al trabajo que el señor Malley estaba autorizado a realizar después de la suspensión”, se señala en el informe.
A Malley, que encabezó el esfuerzo del gobierno estadounidense para revivir el tambaleante acuerdo nuclear con Irán y resolver problemas relacionados con los estadounidenses detenidos en ese país, se le dio un permiso de ausencia sin goce de sueldo en junio de 2023, tras acusaciones de que pudo haber hecho un mal manejo de información clasificada.
El paradero de Malley suscitó preguntas cuando no asistió a una reunión informativa del Congreso sobre Irán en mayo de 2023. En ese momento, funcionarios del Departamento de Estado dijeron a los legisladores que Malley tenía un “permiso ampliado por cuestiones personales” e insinuaron que su ausencia podría deberse a un problema de salud familiar.
En el informe se indica que Malley participó en una llamada clasificada sobre Irán, organizada por la Casa Blanca, después de que su autorización de seguridad había sido suspendida, pero no se llega a criticarlo y se indica que no fue informado de la acción sino hasta el día siguiente.
El retraso, según el inspector general, se debió probablemente a la incertidumbre sobre el estado de la autorización de seguridad de Malley entre los niveles más altos del Departamento de Estado, lo que hizo que pudiera seguir teniendo acceso a información clasificada que, de otra manera, no habría podido ver.