La Administración Biden saca a Cuba de la Lista de Países que Patrocinan el Terrorismo a poco menos de una semana de terminar su mandato y sólo poco tiempo después de que el Departamento de Estado anunciara que mantendría a La Habana en esa lista negra y que no haría cambios de política de última hora hacia el régimen castrista.
Esta nueva concesión de Biden al régimen castrista también incluye la eliminación de la lista de entidades cubanas que tenían prohibido hacer negocios y transacciones financieras con ciudadanos e instituciones de Estados Unidos y la suspensión de la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton, que permitía a ciudadanos estadounidenses demandar a Cuba en tribunales norteamericanos por la confiscación de sus propiedades en la isla por parte de la dictadura de Fidel Castro.
Poco después de darse a conocer esta concesión de Biden a La Habana, la cancillería castrista anunció en un comunicado la liberación de 553 prisioneros en la isla tras un proceso mediador con la Iglesia Católica, especialmente el Vaticano y el Papa Francisco.
La nota oficial no especifica cuántos de estos presos que serán liberados serían prisioneros políticos pero sí informó que el designado dictador Miguel Díaz-Canel le escribió una carta al Sumo Pontífice a inicios de este enero para decirle que concedería la libertad a estos 553 presos en respuesta a lo que llamó el el espíritu del Jubileo Ordinario del año 2025 declarado por Su Santidad.
En otro comunicado, la cancillería castrista calificó de limitadas pero en la dirección correcta las concesiones de última hora de la Administración Biden y justificó su calificativo con que aún permanecía vigente el embargo y una buena parte de las sanciones impuestas por la Administración Trump en el 2017.
Por su parte en un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierra dijo que estas medicas de Biden a la isla eran para apoyar al pueblo cubano como parte de un entendimiento con la Iglesia católica bajo el liderazgo del papa Francisco y para, según ella, mejorar el sustento de los cubano y que eran en agradecimiento a los esfuerzos de la Iglesia Católica en facilitar que Cuba tome sus propias medidas constructivas para restaurar la libertad de sus ciudadanos y permitir las condiciones que mejoren el sustento de los cubanos.
La decisión de Biden de sacar a Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo es una importante concesión al régimen cubano que en los últimos tiempos ha usado todos sus agentes de influencia en Estados Unidos y en el mundo para que Washington adoptara esa medida en medio de la más profunda crisis económica, la escasez de alimentos, productos básicos , combustible y los largos apagones que sufren los cubanos.
El senador republicano Rick Scott calificó la medida de Biden de regalo de despedida a los a los dictadores y terroristas de todo el mundo: sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y amenaza a nuestra seguridad nacional.
Esto es imprudente y peligroso, afirmó Scott. Mientras, el congresista republicano Carlos Giménez calificó a Biden de todo un cobarde por sacar a Cuba de la lista negra de Países que Patrocinan el Terrorismo y afirmó que el 20 de enero llegan el Presidente Trump y el Secretario de Estado Marco Rubio, no solo para volver a colocar a Cuba en la lista pero para PULVERIZAR a la dictadura por una vez y por todas.
La Administración Biden ya había sacado a Cuba, en mayo de 2024, de la otra lista, la de países que no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos porque, según justificó en ese momento el Departamento de Estado, "las circunstancias para la certificación de Cuba como país que 'no coopera plenamente' con los esfuerzos antiterroristas habían cambiado de 2022 a 2023”.