La autora de “Las miradas perdidas” (1951), “Visitaciones” (1970) y “Habana del centro” (1997) fue además esposa de otro gran literato ya fallecido, Cintio Vitier, con quien formó parte del grupo y revista Orígenes, fundado a mediados de la década de 1940 y de gran influencia en la creación cubana posterior, incluso tributando personalidades que luego se sumarán a la revolución cubana.