Mailín Rodríguez envía un desesperado mensaje para exigirle al régimen que libere y no deje morir a su esposo, Yosvany Rosell García, preso político de la rebelión del 11 de julio en Cuba, quien afirma está en huelga de hambre en la prisión Cubasí, en Holguín, desde hace ya nueve días porque le negaron visitas y le amenazan con llevarlo a otra cárcel lejos de su familia.
Esta sería la séptima huelga de hambre de este joven preso político de 34 años, acusado de sedición y condenado a 15 años de prisión, activista además del opositor Foro Antitotalitario Unido (FANTU).
Su esposa, integrante del movimiento Cuba de Luto, que reúne a familiares de los presos políticos de las protestas del 11 de julio, afirma que fue la semana pasada que le negaron la visita familiar y que, en represalia a la denuncia de Yosvany de una golpiza a un prisionero en la cárcel, es que la Seguridad del Estado lo amenazó con enviarlo a otra prisión lejos de su familia.
La séptima huelga en la cárcel de Rosell ocurre en momentos en que activistas cubanos en el exilio exigieron ante la embajada del régimen en Washington a liberación de todos los prisioneros políticos en la isla, al cumplirse justo dos años del encarcelamiento del rapero contestatario Maykel Castillo y de que Amnistía Internacional exigiera a La Habana su liberación y la del resto de presos políticos cubanos, como Luis Manuel Otero Alcántara y el líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer.
Además de hacer oídos sordos a los reclamos de liberación de los presos políticos en Cuba, el régimen responde con más acoso y represión a los activistas en la isla.
Este viernes 19 de mayo, por ejemplo, Adrián Coroneaux, del Movimiento Opositores por una Nueva República y de Cuba Decide, grabó y denunció como la Seguridad del Estado le sitió su casa en Marianao, La Habana.