La difícil situación migratoria de una familia cubana en Estados Unidos suma un nuevo capítulo de dolor. Deivy Alemán Oropesa decidió regresar voluntariamente a Cuba este domingo para evitar la detención y posterior deportación forzosa, aunque eso signifique separarse de su esposa y de su hija de apenas dos años, quien necesita una nueva cirugía a corazón abierto.
La historia fue dada a conocer por el periodista Javier Díaz, quien compartió en redes sociales el testimonio del propio Alemán y de su esposa, Yisel Miguel Sarduy.
Según explicó, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) le dio solo dos alternativas: permanecer detenido a la espera de una deportación o abandonar el país antes del 14 de septiembre. “Creo que la mejor opción es salir voluntario. Lo que más me preocupa es dejar a la niña y a la familia aquí. Ella está pendiente de una cirugía y es lo que más me duele”, expresó entre lágrimas.
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Una familia golpeada por la incertidumbre
La hija de Alemán, ciudadana estadounidense, ha sido sometida ya a dos operaciones a corazón abierto y necesita una tercera intervención médica. Mientras su esposa se encarga de los cuidados, él ha sido el principal sostén económico de la familia, trabajando como conductor de Uber, pagando impuestos y sin tener antecedentes penales.
El pasado 8 de septiembre, durante una cita rutinaria en las oficinas de ICE en Orlando, recibió la notificación que lo obligaba a salir del país en menos de una semana. La noticia dejó a toda la familia en estado de shock.
Su esposa agradeció la solidaridad recibida en redes sociales y pidió que el caso llegue a los oídos de congresistas y senadores que puedan interceder. La familia presentó informes médicos, cartas de cardiólogos y una petición I-130 aprobada, correspondiente al matrimonio con una ciudadana estadounidense, pero ninguno de esos elementos fue considerado por las autoridades migratorias.
“Los factores humanitarios no se toman en cuenta”
La abogada Rosaly Chaviano explicó que Alemán se encontraba bajo supervisión migratoria mediante el formulario I-220B y que, bajo las políticas actuales, “los factores humanitarios prácticamente no se están tomando en cuenta”.
El caso generó una ola de indignación en redes sociales, donde amigos y familiares lanzaron una petición en Change.org en un intento por frenar lo que califican como una decisión inhumana.
Un regreso con esperanza
Pese a los esfuerzos, el tiempo se agotó. Este domingo, Alemán tomará un vuelo de regreso a Cuba, dejando atrás a su hija enferma y a su esposa. “Mi esperanza es que cuando esté en Cuba pueda avanzar la petición que puso mi esposa y me permitan regresar pronto”, dijo resignado.
Alemán llegó hace siete años a Estados Unidos en busca de libertad y oportunidades. Hoy se marcha con el corazón roto, confiando en que algún día pueda reunirse nuevamente con su familia.