Uno de ellos trabajaba como cocinero en una escuela y solía ayudar al padre de uno de los niños asesinados en su finca.
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SUSCRIBITELos detenidos son unos jimaguas de 26 años. Uno era cocinero en una escuela y ayudaba al padre del niño asesinado en su finca. En el crimen se robó un millón de CUP y ropa del menor, para su propio hijo
Uno de ellos trabajaba como cocinero en una escuela y solía ayudar al padre de uno de los niños asesinados en su finca.
Durante el crimen, se sustrajeron un millón de CUP y la ropa de uno de los menores, aparentemente para su propio hijo.
Con el paso de los días, nuevos detalles han salido a la luz sobre la masacre que tuvo lugar el sábado en el pueblo avileño de Ceballos, donde dos madres y sus hijos pequeños fueron brutalmente asesinados, un hecho que ha estremecido a toda Cuba.
El domingo se supo que dos jóvenes hermanos habían sido arrestados como sospechosos del crimen. Identificados como Luis Enrique y Leudys Romero Daudinot, estos trabajaban en la zona y supuestamente entraron en la casa de una de las familias para robar.
La activista Lara Crofs reveló en su cuenta de Facebook que los detenidos, ambos de 26 años y gemelos, vivían en Ceballos, en una calle paralela al lugar donde ocurrió el crimen. “Son del barrio 26 de julio”, señaló.
Leudys trabajaba como cocinero en una escuela y, en su tiempo libre, ayudaba al padre del niño asesinado en su finca. Su hermano, Luis Enrique, había estado preso en Canaleta durante cinco meses a la espera de juicio, según detalló Crofs.
“A Leudys se le encontró un millón de CUP, ropa de un niño de tres años que había robado para su propio hijo, que tiene casi la misma edad, y su ropa ensangrentada”, agregó.
El pueblo de Ceballos pasó horas frente a la estación de policía, exigiendo que les entregaran a los hermanos para hacer justicia por mano propia. “La policía prohibió filmar o tomar fotos bajo amenaza”, añadió Crofs.
Inicialmente, la información sobre los hermanos fue proporcionada por el portal independiente CubaNet, que también mencionó a un tercer joven, Esney Fonseca. En redes sociales circularon rumores de su implicación en el crimen, e incluso se llegó a decir que se había suicidado para evitar ser arrestado.
Sin embargo, este lunes, Esney publicó un video en sus redes sociales, grabado en su casa, donde proclamó su inocencia y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. “No tengo nada que ver con eso. Sería incapaz de hacerle daño a dos mujeres y dos niños inocentes. No tengo corazón para hacer algo así. Esto duele, caballero”, aseguró.
Ante la conmoción causada por el cuádruple asesinato, la prensa oficialista, que generalmente ignora casos de asesinatos y otros delitos graves, se vio obligada a pronunciarse. El semanario Invasor publicó un breve editorial revelando los nombres y edades de las víctimas.
“Entre los fallecidos se encuentra Richard Dariel Núñez, un menor de cuatro años de edad. Las otras víctimas son Lester Rivadeneira Rodríguez, un joven de 17 años; Yamila Reyes Tamayo, de 29 años; y Raysa Rodríguez Pérez de Corcho, de 50 años”, detalló el semanario.
Aunque el periódico no especificó las relaciones de parentesco entre las víctimas, se confirmó que pertenecían a dos familias. Yamila Reyes (29 años) era la madre del pequeño Richard Dariel, y Raysa Rodríguez (50 años) era la madre del adolescente Lester Rivadeneira.
Según un vecino, el crimen ocurrió entre las 6:00 y las 7:00 de la mañana del sábado, después de que el padre del niño de cuatro años saliera a trabajar en su finca. “Al parecer, los asesinos entraron a robar un dinero que el hombre había obtenido de unas ventas”, dijo la fuente, que prefirió permanecer en el anonimato.
Raysa y su hijo Lester estaban en la casa de al lado y, al escuchar los gritos de sus vecinos, acudieron en su ayuda, pero también fueron brutalmente asesinados.
Todo ocurrió en el barrio conocido como “la panadería vieja” de Ceballos. El vecino también mencionó que los asaltantes se escondían en una casa abandonada frente a la vivienda de Yamila y su esposo.
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