La Habana.— El régimen cubano ha intensificado el control ideológico sobre las familias, advirtiendo que los padres que no inculquen valores patrióticos a sus hijos podrían perder la custodia de los menores. Así lo expuso recientemente una publicación del diario oficialista Granma, firmada por Diana Rosa Simón Gutiérrez, fiscal de la Dirección de Protección de la Familia.
Bajo el título "¿Cuál es la responsabilidad de madres y padres respecto a sus hijas e hijos menores de edad?", el texto hace referencia directa al nuevo Código de las Familias y a varios artículos de la Constitución, señalando que los progenitores tienen la obligación legal de formar a sus hijos en valores como la dignidad, la honradez y el amor a la Patria.
Aunque el artículo se presenta como una guía jurídica, su trasfondo ha generado inquietud entre juristas, defensores de derechos humanos y ciudadanos, quienes denuncian que el contenido encierra una advertencia velada: el Estado se reserva la facultad de intervenir en los hogares y sancionar a aquellos padres que, a juicio de las autoridades, no transmitan una ideología acorde con la narrativa oficial.
Base legal y advertencia política
El texto cita específicamente los artículos 81, 84, 136 y 138 del Código de las Familias. Este último establece que los padres deben inculcar a sus hijos el respeto por los símbolos patrios y el amor al trabajo, la familia y la nación. Sin embargo, lo que ha causado mayor controversia es el vínculo explícito entre estos valores y la lealtad política al Estado cubano.
Organizaciones como Cubalex han alertado que la redacción del nuevo Código permite una amplia discrecionalidad a fiscales, jueces y funcionarios del Ministerio del Interior (MININT), quienes podrían interpretar cualquier manifestación crítica hacia el gobierno —como participar en una protesta, compartir una denuncia en redes sociales o promover derechos civiles— como una falta grave a los deberes parentales.
En consecuencia, estas acciones podrían ser utilizadas para justificar sanciones legales como la pérdida de la “responsabilidad parental”, término que el artículo 136 define como el conjunto de deberes y derechos que los padres ejercen sobre sus hijos menores. No obstante, en la práctica, esa definición parece estar siendo instrumentalizada con fines ideológicos.
Menores como instrumentos de presión
La preocupación aumenta ante el hecho de que el Código contempla, en su artículo 191, que los padres pueden ser privados de la custodia si incurren en conductas “viciosas”, “delictivas” o que afecten el bienestar del menor. En un sistema donde el concepto de “delito” puede incluir la disidencia política o la crítica social, los límites entre protección infantil y control ideológico se desdibujan.
La publicación en Granma estuvo acompañada por una imagen emblemática: un grupo de niños ondeando la bandera cubana, algunos vestidos con el uniforme de pioneros. El mensaje visual no deja lugar a dudas: el modelo de infancia idealizado por el Estado está ligado estrechamente a la obediencia política y al culto patriótico promovido por el Partido Comunista.
Reacciones y cuestionamientos
El endurecimiento del discurso estatal ha provocado inquietud en diversos sectores de la sociedad civil, que ven en estas medidas un intento de controlar aún más la vida privada de las familias. También se plantea una pregunta fundamental: ¿quién decide cuándo un padre o madre está incumpliendo sus deberes? En un entorno sin independencia judicial y con instituciones subordinadas al poder político, los márgenes de interpretación son tan amplios como preocupantes.
Mientras tanto, el uso del Código de las Familias como herramienta de presión refuerza el temor de que los menores puedan convertirse en instrumentos de castigo y vigilancia hacia sus propios progenitores.
FUENTE: cibercuba