El régimen anunció que desmanteló más de 70 casas que funcionaban como almacenes privados de productos para revender en Sancti Spíritus, en medio de su reciclada batida contra las llamadas ilegalidades.
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SUSCRIBITEEl régimen anunció que desmanteló más de 70 casas que funcionaban como almacenes privados de productos para revender en Sancti Spíritus, en medio de su reciclada batida contra las llamadas ilegalidades.
Una ofensiva que sigue demostrando su fracaso en cortar esos flujos que provienen de los propios centros estatales y que alimentan día a día a ese mercado negro del cual se sostiene el cubano.
Un reporte del oficialista periódico Escambray, en Sancti Spíritus, reconoce que la escasez provoca allí un alza de lo que llama ilegalidades con los productos básicos.
Aunque el informe habla de denuncias por actividad económica ilícita, receptación y acaparamiento, no dice qué ocurrió con los propietarios de estas casas y su red de distribuidores en esa provincia.
El desmantelamiento de 71 casas-almacén privadas en Sancti Spíritus ocurre en momentos en que la escasez agravada hoy, resultado sobre todo de la incapacidad del régimen para producir lo que necesita el cubano, obliga a centros estatales como la fábrica de conservas de Baracoa a producir sólo pedidos limitados porque dice no tener, en un país como Cuba, azúcar y coco.
La inoperancia económica del régimen es tal, que ni siguiera garantiza a tiempo todos los productos básicos por la libreta de racionamiento.
En la provincia Granma, por ejemplo, en este diciembre es que venderán a sus habitantes el pollo que deberían ya haberle vendido en octubre y noviembre y también este mes, el picadillo regulado que los granmenses debieron comprar en noviembre.
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