El científico, que habló bajo condición de anonimato, calificó de tontería el informe de siete agencias de Inteligencia y dijo en exclusiva al diario británico Daily Mail que, tanto él, como sus pacientes, siguen convencidos de que la misteriosa condición fue causada por armas de energía dirigida, ultrasonido intenso, radio o microondas.
De las agencias que participaron en el estudio, incluida la CIA, cinco determinaron que la responsabilidad de un adversario extranjero era “muy poco probable”, una dijo que era “poco probable” y la otra se abstuvo, pero todas coincidieron en que no se trataba de armas de energía dirigidas por China o Rusia.
Alrededor de 1,500 miembros del personal de las embajadas de EE. UU. en todo el mundo sufrieron extraños dolores de cabeza, mareos, zumbidos e incluso daño cerebral.
Fue denominado Síndrome de La Habana, porque fue en la embajada de Estados Unidos en la capital cubana donde se detectó el primer caso en el 2016.
“No hay una causa ambiental que cause el daño corporal que vi”, dijo el experto, quien insistió en mantenerse anónimo, para proteger a sus pacientes, cuya identidad debe mantener en secreto.
El estudio realizado por las siete agencias de inteligencia concluyó que los síntomas eran “probablemente el resultado de factores que no involucraban a un adversario extranjero, como condiciones preexistentes, enfermedades convencionales y factores ambientales”.
El científico, que desempeñó un papel central en la investigación inicial, aseguró estar convencidos de que la misteriosa condición fue causada deliberadamente. El uso de armas de energía en todo el mundo ha sido documentado durante años. “Un arma de energía dirigida es solo un enfoque de energías electromagnéticas. Han existido desde los años 80. Sabemos que los soviéticos tenían armas sónicas.
Cualquiera en la comunidad de Inteligencia le dirá que Estados Unidos ha tenido este tipo de armas de energía por un tiempo”. En diciembre de 2020, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina publicaron un informe que decía que “la energía de radiofrecuencia pulsada y dirigida parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos”.
Los países en los que se ha informado los casos incluyen Cuba, China, Rusia, Vietnam, Austria, Alemania, Serbia, Reino Unido, Georgia, Polonia, Taiwán, Australia, Colombia, Kirguistán y Uzbekistán, así como dentro de los propios Estados Unidos.