La cámara baja del parlamento, la Duma estatal, aprobó rápidamente el tratado de “asociación estratégica integral” que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó con el líder norcoreano, King Jong Un, en una visita a Pyongyang en junio. Se espera que la cámara alta haga lo propio pronto.
El pacto obliga al Kremlin y a Corea del Norte a prestarse asistencia militar inmediata por “todos los medios” si alguno de ellos es atacado. Es el lazo más firme entre Moscú y Pyongyang desde el final de la Guerra Fría.
Estados Unidos dijo el miércoles que 3.000 soldados norcoreanos han sido enviados a Rusia y están entrenando en varios sitios en suelo ruso, y calificó la medida como muy grave, al tiempo que advirtió que esas fuerzas serían “presa fácil" si entran en combate en Ucrania.
Rusia y Corea del Norte habían rechazado antes las afirmaciones de Washington y sus aliados de que Pyongyang ha entregado misiles balísticos y millones de proyectiles de artillería a Moscú para su uso en Ucrania.
Preguntado en junio por si las tropas norcoreanas podrían combatir junto a las fuerzas rusas en Ucrania en virtud del pacto, Putin dijo que no había necesidad para ello, pero también anunció por primera vez que Rusia podría proporcionar armas a Pyongyang.
Los observadores sostienen que, a cambio de respaldo militar, Moscú podría compartir con su aliado tecnología armamentística sofisticada para ayudar a mejorar sus capacidades en materia de misiles balísticos y satélites.