Mukhtar Robow fue designado ministro de Asuntos Religiosos, informó el martes el gobierno del presidente Hassan Sheikh Mohamud. No todos los somalíes apoyaron el nombramiento ministerial y algunos lo calificaron de una falta de respeto hacia quienes perdieron a sus seres queridos en los ataques de Al Shabab.
Robow, por cuya cabeza se ofreció una recompensa de 5 millones de dólares, desertó en 2017 de Al Shabab, una organización vinculada con Al Qaeda. Al principio el gobierno de Somalia elogió la noticia, pero lo detuvo cuando intentó buscar el liderazgo de la región suroeste del país en 2018.
Nunca se ha aclarado la razón que hubo detrás del arresto de Robow y el actual presidente de Somalia ha dicho varias veces que la detención no tuvo fundamentos legales. El gobierno no hizo comentarios sobre el nombramiento.
Robow, que se cree que tiene poco más de 50 años, estudió leyes islámicas en Sudán y se cree que combatió en la resistencia contra los soviéticos en Afganistán. Alguna vez elogió a Osama bin Laden y trató de imponer un estado islámico en Somalia. En 2008, Estados Unidos le impuso sanciones y lo calificó de “terrorista internacional con denominación especial”.
Dejó Al Shabab después de una disputa con sus miembros. “No estaba de acuerdo con su credo, que no sirve a la religión islámica”, explicó entonces.
Su deserción ocurrió poco después de que Estados Unidos retiró una recompensa por su cabeza, a pedido del gobierno somalí. Somalia se ha involucrado en los esfuerzos respaldados por Estados Unidos para alentar a los combatientes a abandonar Al Shabab con la creencia de que cada deserción expone la debilidad del grupo extremista, que tiene miles de combatientes y aún controla gran parte de las regiones rurales del sur y del centro del país de África oriental.