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SUSCRIBITEOnce mujeres y niños israelíes liberados por Hamás ingresaron a Israel el lunes por la noche, en el cuarto intercambio dentro de la tregua original de cuatro días, que comenzó el viernes y estaba a punto de expirar. Por su parte, 33 palestinos liberados por Israel llegaron el martes temprano a Cisjordania.
El acuerdo para que haya otros dos días de cese del fuego, anunciado por Qatar, generó esperanzas de que se produzcan más prórrogas, lo que también permitiría el ingreso de más ayuda a Gaza. Las condiciones de vida allí siguen siendo extremadamente duras para sus 2,3 millones de habitantes, quienes han sido vapuleados durante semanas por los bombardeos israelíes y una ofensiva terrestre que ha obligado a tres cuartas partes de la población a huir de sus hogares.
Israel ha dicho que ampliaría el cese del fuego en un día por cada 10 rehenes adicionales liberados. Tras el anuncio de Qatar —un mediador clave en el conflicto—, Hamás confirmó que había accedido a una prórroga de dos días “bajo los mismos términos”.
Pero el gobierno israelí dice que continúa decidido a aplastar la capacidad militar de Hamás y poner fin a sus 16 años de gobierno sobre la Franja de Gaza. Eso probablemente implicará expandir su ofensiva terrestre del devastado norte al sur de Gaza.
Con las liberaciones del lunes asciende a 50 el número de israelíes dejados en libertad como parte de la tregua, junto con 19 personas de otras nacionalidades. Hasta ahora, 117 palestinos han sido liberados de cárceles israelíes.
Luego de semanas de trauma nacional por los aproximadamente 240 rehenes tomados por Hamás y otros militantes, las escenas de mujeres y niños que regresan a sus familias han hecho que los israelíes sumen voces en pro de liberar a los que permanecen cautivos.
“Podemos traer a todos los rehenes de vuelta a casa. Tenemos que seguir presionando”, dijeron en un comunicado dos parientes de Abigail Edan, una niña de 4 años de nacionalidades estadounidense e israelí que fue liberada el domingo.
Hamás y otras milicias aún podrían tener hasta 175 rehenes, suficientes para potencialmente extender el alto el fuego por dos semanas y media. Pero entre ellos hay varios soldados, y es probable que Hamás exija mucho más por su liberación.
Entre los israelíes recién liberados había tres mujeres y nueve niños —incluidas unas mellizas de 3 años y su madre— del kibutz Nir Oz, una comunidad ubicada cerca de Gaza que resultó muy afectada por el ataque de Hamás del 7 de octubre. El kibutz indicó que 49 de sus residentes siguen cautivos, incluido el padre de las mellizas. Las fuerzas armadas israelíes dijeron el lunes por la noche que los rehenes estaban sometiéndose a exámenes médicos iniciales en Israel antes de reunirse de nuevo con sus familias.
La mayor parte de los rehenes liberados hasta ahora parecen estar bien físicamente. Pero Elma Avraham, de 84 años, liberada el domingo, fue trasladada por aire al Centro Médico Soroka de Israel en estado grave debido a que se le dio atención inadecuada, señaló el hospital.
La hija de Avraham, Tali Amano, dijo que su madre estaba a “horas de morir” cuando fue llevada al hospital. Ahora Avraham se encuentra sedada y conectada a un respirador. De todas formas, Amano dijo que ella le informó de un nuevo bisnieto que nació mientras Avraham estaba cautiva.
Avraham padece varios problemas de salud crónicos para los cuales debe consumir medicamentos con regularidad, pero estaba estable antes de ser secuestrada, dijo Amano.
Hasta ahora, 19 personas de otras nacionalidades han sido liberadas durante la tregua, en su mayoría tailandeses. Muchos tailandeses laboran en Israel, principalmente en la agricultura.
Francia informó que tres de los rehenes liberados el lunes tenían nacionalidad francesa e israelí, y que dos de ellos tenían 12 años y uno, 16. El gobierno francés está “trabajando incansablemente” para liberar a otros cinco ciudadanos franceses retenidos como rehenes, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores francés en un comunicado.
Los prisioneros palestinos liberados hasta ahora han sido adolescentes en su mayoría, acusados de arrojar piedras y bombas incendiarias durante confrontaciones con fuerzas israelíes, o de delitos menos graves. Muchos palestinos consideran que los prisioneros en cárceles israelíes —incluidos los que estuvieron implicados en ataques— son héroes que resisten a la ocupación.
La mayor parte de los israelíes liberados han permanecido fuera de la vida pública, pero poco a poco han comenzado a salir a la luz algunos detalles sobre su cautiverio.
Merav Raviv, cuyos tres parientes fueron liberados el viernes, dijo que habían sido alimentados de manera irregular y perdieron peso. Uno de ellos dijo haber comido principalmente pan y arroz, y haber dormido sobre una cama improvisada hecha con sillas colocadas juntas. En ocasiones los rehenes tenían que esperar horas para poder utilizar un baño, señaló.
Más de 13.300 palestinos han muerto por los ataques de Israel desde que comenzó la guerra, de los cuales aproximadamente dos tercios son mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. El ministerio no proporciona cifras por separado de civiles y combatientes. Más de 1.200 personas han muerto en el bando israelí, la mayoría en el ataque del 7 de octubre. Unos 77 soldados han fallecido en la operación terrestre israelí.
La calma que trajo la tregua permitió echar un vistazo a la destrucción provocada por semanas de bombardeos israelíes que arrasaron vecindarios enteros.
En las tomas fue posible ver un complejo de varias docenas de edificios residenciales de varios pisos que habían sido convertidos en un paisaje de escombros en el poblado de Beit Hanoun, en el norte. Casi todas las construcciones estaban destruidas o fuertemente dañadas, y algunas se habían visto reducidas a marcos de concreto medio desplomados. En una escuela de las Naciones Unidas ubicada cerca, las construcciones estaban quemadas en parte y acribilladas.
El ataque israelí ha provocado que tres cuartas partes de la población de Gaza hayan tenido que dejar sus viviendas, y ahora la mayor parte de sus 2,3 millones de habitantes están hacinados en el sur. Más de 1 millón se encuentran en refugios de la ONU. Las fuerzas armadas israelíes han prohibido que cientos de miles de palestinos que huyeron hacia el sur regresen al norte.
La lluvia y el viento se sumaron a las penurias de los palestinos desplazados que se refugian en el complejo del hospital Al Aqsa en el centro de Gaza. Palestinos con abrigos cocinaban pan sin levadura encima de una fogata improvisada entre tiendas de campaña erigidas sobre el terreno lodoso.
Alaa Mansour dijo que las condiciones de vida son sencillamente horrendas.
“Mis ropas están todas mojadas, y no me las puedo cambiar”, comentó Mansour, que es discapacitada. “No he bebido agua durante dos días, y no hay baño”.
La ONU dice que gracias a la tregua fue posible incrementar el envío de alimentos, agua y medicinas. Pero los entre 160 y 200 camiones que están ingresando a diario siguen siendo menos de la mitad de lo que Gaza importaba antes de los combates, incluso a pesar de que las necesidades humanitarias se han incrementado enormemente.
Las personas hicieron largas filas afuera de las estaciones que distribuían gas para cocinar, cuyo ingreso se permitió por primera vez. Se ha traído combustible para los generadores en organismos cruciales de servicios, incluidos hospitales e instalaciones de agua y de saneamiento, pero las panaderías no han podido reanudar sus operaciones, indicó la ONU.
Iyad Ghafary, un vendedor en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, dijo que muchas familias aún no podían extraer a los muertos debajo de los escombros que dejaron los bombardeos israelíes, y que las autoridades locales no están equipadas para hacer frente a ese nivel de destrucción.
Muchos dijeron que la ayuda recibida dista de ser suficiente.
Amani Taha, una viuda y madre de tres hijos que huyó del norte de Gaza, dijo que sólo había logrado obtener una comida enlatada de un centro de distribución de la ONU desde que comenzó el cese del fuego.
Dijo que las multitudes han abrumado los mercados locales y gasolineras, pues la gente intenta hacer acopio de artículos básicos.
“Las personas están desesperadas y salieron a comprar a dondequiera que pudieran”, señaló. “Están sumamente preocupadas de que se desate la guerra otra vez”.
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Jeffery y Magdy reportaron desde El Cairo. La periodista de The Associated Press Melanie Lidman en Jerusalén contribuyó a este despacho.
FUENTE: Associated Press
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