Suly Chenkin tenía solo tres años cuando sus padres le dieron una poción para dormir, la metieron en un saco de papas y la arrojaron sobre un alambre de púas.
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SUSCRIBITESuly Chenkin tenía solo tres años cuando sus padres le dieron una poción para dormir, la metieron en un saco de papas y la arrojaron sobre un alambre de púas.
Este jueves nos cuenta su testimonio con la esperanza de que la historia no se repita.
“Logré sobrevivir y lo cuento para que no vuelva a pasar”, dijo Suly Chenkin, sobreviviente del Holocausto
Nació en 1939 en Kovno, capital del Lituania, donde su nombre no era Suly Chenkin.
“Así es cómo comienza mi historia, mi nombre es Suly Chenkin pero nací Zhulamy Alexandra Voichovich”, dijo.
A sus ocho meses de vida, Hitler rompió el pacto con Stalin y atacó Lituania. Es cuando comienza escribirse la historia de su vida, que estuvo marcada por la persecución.
“Vivíamos en una casa con otras ocho familias, teníamos muy poco lugar, pero más que nada, mucho miedo, todo el mundo trabajaba para los nazis, si uno no trabajaba, no comía”, contó la sobreviviente del Holocausto.
Con el propósito de resguardar la integridad de la entonces pequeña que corría peligro, sus padres la escondieron en un compartimento creado para tal fin.
“No habíamos tenido tiempo de diseñar algún método de poder bajar al escondite, entonces mi mamá se deslizó y mi papá me entregó a los brazos de ella y cuando me entregó, por eso me acuerdo, que era redondo el agujero, me di un golpetazo en la cabeza y me acuerdo la mano de mi mamá y diciéndome en el oído de que no llorara”, recordó Suly Chenkin.
En 1944, sus padres la sacaron de contrabando de Kovno en un saco de papas y la entregaron a dos extrañas que le salvaron la vida.
“Abrieron el saco, me sacaron de ahí, me pusieron en un coche y me llevaron a lo que todo el mundo esperaba un chance de sobrevivir, cuando me desperté fue muy duro para mí, lloré mucho, pero nunca pregunté por mis padres”, añadió.
El reencuentro con sus padres fue posible. Su familia paterna había emigrado a Cuba antes de la guerra y en 1947, a los seis años de edad, comenzó un nuevo capítulo en la historia de Suly Chenkin en el barrio de Santo Suárez, en La Habana.
“Una niñez muy muy buena en Cuba, me gradúe de bachillerato y desafortunadamente, a los 19 años salí”.
Con la llegada de Fidel Castro al poder, su padre la envió a Miami y pasados los años, aún recuerda cuando pisó por primera vez la isla. “Yo pensé que había llegado al paraíso”.
Conocer esta importante historia fue posible gracias a Fuente Latina, una organización no gubernamental cuyo propósito es facilitar a los medios de habla hispana la cobertura de la actualidad y la realidad de Israel y el Medio Oriente.
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