La influencer cubana conocida como Flor de Cuba obtuvo una primera victoria legal en la demanda por difamación que mantiene contra el presentador Alexander Otaola en Estados Unidos, luego de que un juez rechazara la moción de desestimación presentada por la defensa del influencer.
Según explicó la propia demandante en una publicación en redes sociales, el magistrado determinó que existen fundamentos legales suficientes para que el proceso continúe en los tribunales.
“Hoy la justicia habló: gané la audiencia contra Otaola. El juez determinó que sus ataques fueron con malicia real, reconoció el daño emocional y negó su petición de desestimar el caso”, señaló Flor en su cuenta de Instagram.
Embed - Flor Danay Hernández on Instagram: "Hoy la justicia habló: GANÉ la audiencia contra Ota Ola. El juez determinó que sus ataques fueron con malicia real, reconoció el daño emocional y negó su petición de desestimar el caso. Ahora viene lo mejor: tendrá que probar en corte que soy comunista, que soy espía, que lavo dinero y hasta otros inventos más graves que cualquiera se da cuenta que son puras mentiras. Las mentiras tienen patas cortas… y la verdad siempre vence. Este es apenas el comienzo. Gracias a mi equipo legal @thelegalteampllc me siento más que segura y bien representada con ustedes y el abogado Karel Suárez #otaola #flordecuba #justicia #difamacion #cubanos #cuba"
Los argumentos de la audiencia
La audiencia celebrada tenía como objetivo definir si la demanda cumplía con los requisitos mínimos para proceder a juicio. La defensa de Otaola argumentó que sus declaraciones estaban protegidas por la libertad de expresión, pero el juez consideró que existían elementos que podrían demostrar una intención difamatoria.
De acuerdo con Flor, el tribunal identificó indicios de que los señalamientos habrían sido expresados con la intención de dañar su imagen y provocar consecuencias negativas en su vida personal y profesional.
Las acusaciones en disputa
En el proceso judicial se presentaron cuatro causas contra Otaola:
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Difamación.
Difamación a través de medios vinculados a la distribuidora Otaca.
Daño emocional.
Ciberacoso, incluido “stalking” y hostigamiento en internet.
La influencer acusa a Otaola de haberla señalado públicamente, sin pruebas, de ser comunista, espía de la Seguridad del Estado, lavadora de dinero, sexoservidora de la familia Castro e incluso de dirigir una red de tráfico humano. Estas acusaciones, asegura, le generaron graves consecuencias, como el cierre de su academia en Cuba, boicots comerciales, amenazas y ataques en redes sociales.
Claves legales del caso
La decisión del juez es un paso crucial en el sistema judicial estadounidense, donde en esta etapa se analiza si la demanda, aun tomando como ciertos los hechos denunciados, tiene bases legales para ir a juicio.
En este caso, el juez también tuvo en cuenta el estándar de “malicia real”, necesario para proceder en demandas por difamación: es decir, que las declaraciones se habrían hecho con conocimiento de su falsedad o con un desprecio temerario hacia la verdad.
Próximos pasos
Tras esta resolución, el caso avanzará hacia un juicio en el que Otaola deberá presentar pruebas que respalden sus acusaciones.
“Ahora tendrá que probar en corte que soy comunista, que soy espía, que lavo dinero y hasta otros inventos más graves que cualquiera se da cuenta que son puras mentiras”, afirmó Flor de Cuba tras conocer la decisión judicial.