Estados Unidos ha lanzado un despliegue militar sin precedentes en su frontera sur con México.
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SUSCRIBITEEl mayor operativo en décadas incluye tropas activas, vehículos blindados, helicópteros y destructores navales. La prioridad: proteger la integridad territorial frente a la inmigración ilegal y el narcotráfico
Estados Unidos ha lanzado un despliegue militar sin precedentes en su frontera sur con México.
Con más de 9.000 soldados, vehículos acorazados, helicópteros de combate y destructores navales, el operativo responde a una nueva estrategia de seguridad nacional que sitúa el control fronterizo como prioridad militar.
El despliegue, ordenado meses atrás por el presidente Donald Trump al asumir su mandato, redefine el papel de las Fuerzas Armadas (FFAA) al considerar delitos como la inmigración ilegal y el tráfico de drogas como amenazas a la soberanía nacional. “Proteger la integridad territorial de Estados Unidos” se ha convertido en la misión central, con acciones por tierra, mar y aire.
Cambio de enfoque: de apoyo logístico a presencia activa
El cambio estratégico fue oficializado mediante una orden ejecutiva firmada en las primeras horas del nuevo gobierno. Según explicó el mayor Wes Shinego, vocero del Ejército, se trata del inicio de una “campaña multifrente” que incluye decisiones ejecutivas, cooperación internacional y presencia física de tropas en la zona.
El primer contingente militar se movilizó en solo 36 horas: 1.500 efectivos en activo se sumaron a los 2.500 reservistas ya presentes en la frontera. La cifra fue aumentando gradualmente hasta alcanzar los 9.000 soldados en marzo, el número más alto desde la década de 1990. Para el analista Mark Cancian, del Center for Strategic and International Studies (CSIS), esto representa un hito que supera incluso los niveles registrados bajo la administración de George W. Bush.
Sin embargo, Cancian aclara que, en términos comparativos, la presencia militar en la frontera sigue siendo “modesta” frente a otros destinos estratégicos como Corea del Sur (28.000 efectivos) o Europa (más de 80.000).
Cooperación binacional y despliegue de alto nivel
A esta movilización se suman 10.000 soldados desplegados por México en su lado de la frontera, en el marco de un acuerdo bilateral de cooperación en seguridad.
Por parte de Estados Unidos, el despliegue incluye una Brigada de Combate equipada con vehículos blindados Stryker, diseñados para moverse con rapidez y eficacia en terrenos complejos. También se han incorporado helicópteros UH-60 Black Hawk, enfocados en tareas de mando y evacuación médica, así como CH-47 Chinook, especializados en transporte de carga pesada.
En el ámbito naval, dos destructores de misiles guiados —el USS Spruance (DDG 111) y el USS Gravely (DDG 107)— fueron asignados para patrullar las costas del Pacífico y el Golfo de México. Ambas embarcaciones cuentan con experiencia en operaciones antiterroristas en Medio Oriente y ahora tienen la misión de reforzar la vigilancia marítima y evitar cruces ilegales por vía acuática. Además, llevan a bordo destacamentos de la Guardia Costera, encargados de interceptar intentos de inmigración ilegal.
Más atribuciones y presencia dinámica
Hasta hace poco, las tropas desplegadas en la frontera tenían un papel meramente logístico, sin contacto directo con inmigrantes ni posibilidad de realizar detenciones. Sin embargo, esa política ha cambiado. Las nuevas directivas del Departamento de Defensa, liderado por Pete Hegseth, autorizan patrullajes a pie y en vehículos, ampliando el área de cobertura y dificultando la planificación de cruces ilegales.
Asimismo, el presidente otorgó permiso a las FFAA para asumir el control de terrenos federales en la frontera, consolidando su presencia y capacidad operativa.
Designación de organizaciones terroristas
Como parte integral de esta estrategia, la Casa Blanca ha designado como organizaciones terroristas a varias bandas criminales transnacionales, entre ellas el Cártel de Sinaloa, la Mara Salvatrucha (MS-13) y el grupo venezolano Tren de Aragua. Esta categorización amplía el margen de acción de las fuerzas militares y de inteligencia en la lucha contra el crimen organizado en la región.
Un giro en la seguridad fronteriza
El despliegue en la frontera sur marca un antes y un después en la manera en que Estados Unidos enfrenta los desafíos de seguridad nacional vinculados a la inmigración y el narcotráfico. Lo que comenzó como un apoyo limitado, hoy se traduce en una operación militar integral con armamento avanzado, tropas móviles y coordinación internacional. La frontera, más que nunca, se ha convertido en un frente activo de defensa.
FUENTE: https://voz.us/
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