Las automotrices reportaron el miércoles que vendieron 13,9 millones de automóviles, camionetas y furgonetas el año pasado, ya que la escasez de piezas limitó la producción de las fábricas en medio de la alta demanda de vehículos nuevos. Fue la cifra de ventas más baja desde 2011, cuando la economía se estaba recuperando de la Gran Recesión.
Pero las ventas subieron ligeramente en el cuarto trimestre y los inventarios crecieron a medida que los suministros de partes mejoraron lo suficiente para aumentar un poco la producción. Los analistas prevén ahora un aumento de las ventas de aproximadamente un millón de unidades este año, hasta los 14,8 millones, ya que la demanda sigue siendo fuerte. Pero seguirán estando muy lejos de los 17 millones anuales habituales antes de la pandemia de coronavirus.
Debido a que aún hay poco suministro de muchos modelos, el precio promedio un vehículo nuevo subió 2,5% en diciembre hasta una cifra récord de poco más de 46.000 dólares, de acuerdo con J.D. Power.
La escasez de chips de computadora se remonta a principios de 2020, cuando los fabricantes de automóviles se vieron obligados a cerrar sus fábricas debido al rápido aumento de casos de COVID-19. Los fabricantes de chips enfocaron la producción en la electrónica de consumo para alimentar un auge de ventas de computadoras y videojuegos causado por la gente que se quedaba en casa. Cuando las fábricas de automóviles volvieron a funcionar antes de lo previsto, los fabricantes de chips no estaban haciendo tantos semiconductores para automóviles, los cuales deben fabricarse para soportar vibraciones y temperaturas extremas.
La producción de chips para automóviles ha mejorado, pero aún no ha vuelto a los niveles previos a la pandemia, por lo que las fábricas de automóviles todavía no han recuperado su capacidad plena.
Como resultado, los 13,9 millones de vehículos que se vendieron en Estados Unidos el año pasado fueron 1,2 millones menos que los vendidos en 2021, de acuerdo con Motorintelligence.com.