La selección de fútbol rusa apabulló a la de Cuba (8-0) este lunes en un amistoso sin precedentes disputado en la ciudad de Volgogrado. Este partido demostró la profunda marginación que padece el fútbol ruso desde el inicio de la guerra en Ucrania, reportó la agencia EFE.
Los locales marcaron tres goles en los primeros 45 minutos y el débil combinado cubano permitió otros cinco goles en la segunda parte. El ruso Piniaev falló en el minuto 85 un penalti, disparo que fue detenido por el guardameta cubano.
El partido, al que asistieron más 40.000 espectadores, se disputó en el arena Volgogrado, el estadio situado a orillas del río Volga, en la antigua Stalingrado, escenario de una de las batallas más sangrientas de la historia. Esta es la mayor victoria del equipo dirigido por Valeri Karpin desde que fue excluido de las competiciones internacionales debido a la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022.
Rusia nunca se había enfrentado antes a la selección cubana. El único precedente es el encuentro disputado entre la Unión Soviética y la selección cubana en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 (8-0).
"La selección debe mostrar a su pueblo que no hay ningún aislamiento y que tiene aliados. Ahí están, en el campo", señaló un artículo del diario ruso Sport-Express, el más leído en ese país.
De acuerdo a otro cable de la agencia EFE, Cuba es el último equipo de una larga lista de "cenicientas" (selecciones de bajo nivel como Kenia, Irak, Irán, Camerún, Tayikistán, Catar o Uzbekistán) con las que se ha enfrentado el equipo dirigido por Valeri Karpin desde su exclusión de las competiciones internacionales en febrero de 2022.
Teniendo en cuenta que la mayoría de estos equipos representan a países que mantienen posturas afines con el Kremlin, la realización de este partido entre Cuba y Rusia puede haber estado condicionada por la cercanía entre Moscú y La Habana.
Casi nadie quiere jugar con Rusia, un país denostado por la FIFA y la UEFA que se plantea competir en la Confederación Asiática de Fútbol. De hecho, la FIFA contabilizará este partido, según informó la federación rusa, aunque el rival (Cuba) se encuentre en el puesto 169 de la clasificación del máximo organismo del fútbol mundial.
Según EFE, los jugadores cubanos pasaron mucho frío el fin de semana al visitar el memorial de Stalingrado. Allí posaron con poco abrigo ante la estatua de la Madre Patria y recordaron la visita del fallecido Fidel Castro, aunque ese era el menor de sus problemas.
"Surgió el problema de las botas. Nosotros tenemos campos artificiales (...). Cuando llegamos a Rusia, entendimos que necesitábamos otro calzado para jugar el partido", comentó Miguel Ángel Díaz, jefe técnico de las selecciones nacionales de la Comisión Cubana de Fútbol.
Por ello, los cubanos tuvieron que comprar en Volgogrado botas con tacos para césped natural, situación que despertó toda clase de comentarios en la prensa local, que no daba crédito. Los cubanos se lo tomaron con buen humor y tampoco se enfadaron cuando el entrenador ruso los puso al mismo nivel que los futbolistas kenianos y afirmó que en sus filas no hay que buscar a un Messi, un Ronaldo o un Modric.
Y es que Cuba es una selección sin estrellas. El jugador más destacado es Onel Hernández, que milita actualmente en el Norwich City, aunque no ha sido convocado para este partido. Criado en Alemania, jugó en varios equipos alemanes antes de convertirse en 2019 en el primer cubano en disputar la liga inglesa, donde también ha jugado cedido en el Middlesbrough y el Birmingham.
Desde agosto, Cuba tiene un nuevo técnico, Yunielys Castillo, después de que su antecesor, Pablo Sánchez, fuera destituido tras el incidente ocurrido durante la última Copa Oro de la CONCACAF. Entonces, cuatro futbolistas abandonaron la concentración de la selección cubana.
FUENTE: diariodecuba.com