LA HABANA, Cuba.- Nuevas fórmulas para frenar el desvío de combustibles desde las empresas estatales hacia el sector de la transportación privada serán puestas en práctica en breve tiempo, informó a CubaNet una fuente de la Dirección Provincial de Transporte de la capital cubana.
Según se continúa analizado en los grupos de trabajo gubernamentales, los choferes de autos de alquiler que posean una licencia de cuentapropista de la Oficina Nacional de Administración Tributaria, posiblemente deberán adquirir una tarjeta magnética por un valor superior a los 200 CUC mensuales exclusivamente para la compra del combustible en las gasolineras estatales, operaciones que serán supervisadas de manera rigurosa durante los trámites de renovación y pago de las licencias.
Conjuntamente, se tiene previsto establecer un sistema de piqueras, similar a las de taxis ruteros, donde un inspector estatal se encargará de controlar el número de viajes y rutas que realicen los choferes, así como de verificar la calidad de los servicios prestados por los cuentapropistas. De modo que, además de mantener un registro constante de los autos en circulación y del tiempo real de trabajo, se hará desaparecer la figura del llamado “buquenque”, un absurdo y molesto intermediario entre choferes y clientes.
A pesar de que aún no se ha hecho un anuncio oficial sobre las medidas en estudio, ya algunos choferes particulares han comenzado a emitir sus opiniones al respecto.
La mayoría de los entrevistados por CubaNet coinciden en afirmar que son parte de una cruzada contra los llamados “boteros” o choferes de “almendrones”, señalados como máximos destinatarios del combustible robado en las empresas, debido a que buena parte adquiere los carburantes en el mercado negro, donde los precios son mucho más baratos que en las gasolineras estatales; con lo cual, si bien generan un amplio margen de ganancia, también enfrentan los altos impuestos que deben abonar por sus licencias, así como el monto que deben invertir regularmente para mantener en funcionamiento automóviles con más de medio siglo de explotación.
almendrones
Foto reportaje Camilo Ernesto Olivera
Yamil, chofer de un almendrón que cubre la ruta Vedado-La Palma, opina que las medidas, más que una declaración de guerra son un dictamen de muerte.
“Ahora sí que nos la pondrán bien difícil. Eso es muerte segura”, afirma Yamil quien reconoce que casi todos los “boteros” adquieren poco menos del 20 por ciento del petróleo que usan en las gasolineras de CUPET o compran los recibos de pago al pistero para justificar el combustible empleado: “…pero con la tarjeta magnética se acabaron los arreglos, al menos por el momento, porque ya a alguien se le ocurrirá algo”, dice Yamil.
Otros choferes son del criterio de que las medidas buscarán eliminar la figura del trabajador independiente del Estado y que lo obligarán, en breve tiempo, a organizarse en cooperativas, muy similares a las de los taxis ruteros.
“No es vayan a desaparecer, porque eso no le conviene a nadie, que desaparezcan del todo”, considera Guillermo, chofer privado: “el transporte se volvería un desbarajuste, pero sí obligaría a unirnos (los privados) en cooperativas. (…) El tiempo dirá si esos carros nuevos (taxis ruteros) resistirán lo que resiste un almendrón”.
Hace menos de un mes, el Ministerio de Transporte, para mejorar la transportación pública en la capital, inauguró un nuevo servicio de taxis ruteros que algunos han interpretado como un modo de sacar de circulación los viejos almendrones. No obstante, al ser autos de uso, sacados de la renta para el turismo debido a los muchos años de explotación, algunos no le aseguran un gran futuro a la iniciativa.
Según criterios de los propios choferes de los taxis ruteros, la mayoría son autos demasiado frágiles y súper explotados que no soportarán por mucho tiempo la rutina de más de una veintena de viajes diarios.
Las rutas de los nuevos taxis estatales son controladas por sistemas de localización del tipo GPS. De igual modo, cada auto es compartido por dos choferes, a los que solo corresponde un máximo de diez carreras por cada turno de trabajo, algo que ha creado descontento al interior de las nuevas cooperativas, donde se habla ya de mecanismos alternativos, solapados, para aumentar las ganancias individuales, alguno de ellos basados en el combustible sobrante en cada turno.
De modo que si los almendrones desaparecen con las nuevas medidas añadidas a la ofensiva estatal, al parecer no será por mucho tiempo.
FUENTE: cubanet.org