Pese al embargo, las compras de alimentos y productos agrícolas del Gobierno de Cuba en EEUU sumaron entre diciembre de 2001 y abril de de 2023 la astronómica cifra de 7.000.437.831 dólares, según cifras del Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés).
Pero si a ello se le suman las compras de productos médicos y las donaciones humanitarias, el volumen adquirido por La Habana en su enemigo histórico pasa los 7.100 millones, de acuerdo con un informe presentado por el Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU.
Las exportaciones de productos para la salud, que incluyen equipos e insumos médicos, instrumental y productos farmacéuticos, autorizados desde 1992 en virtud de la denominada Ley de la Democracia en Cuba (CDA, por sus siglas en inglés), han sido ininterrumpidas desde 2003.
Aunque las normativas del embargo de Washington contra La Habana exigen la verificación del uso final de esos productos, no imponen el pago en efectivo por adelantado, como sí ocurre con los alimentos.
De acuerdo con los informes federales de EEUU, las exportaciones sanitarias han incluido medicamentos como penicilina e insulina; dentífricos; reactivos de laboratorio; equipos de ultrasonido; prótesis artificiales; aparatos médicos; aparatos quirúrgicos dentales y oftálmicos; cánulas y cápsulas de gelatina.
Las donaciones humanitarias, iniciadas en 2014 y sin pausa hasta hoy, suponen la entrega de diversos productos por parte de agencias federales de EEUU utilizando líneas aéreas y cargas por contenedores. En menos de nueve años han supuesto un total de 88.174.764 dólares.
Al sumar esos tres renglones, la cifra obtenida oficialmente por el Gobierno de Cuba del país del norte, al que acusa de someterlo a un feroz "bloqueo", redondea los 7.125.679.433 dólares.
Solo la carne de pollo, el alimento que más compra La Habana en EEUU, entre 2004 (cuando apareció en la cesta de compras) y abril último supuso 2.628.736.225 dólares.
Todas las exportaciones están autorizadas, pese al embargo, en virtud de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA, por sus siglas en inglés) de 2000, aprobada por la Administración de George W. Bush, a la que La Habana recurre sin pausa desde diciembre de 2001.
Ni las autoridades ni la prensa oficial hacen mención a este volumen comercial. En cambio, aseguran que la "voracidad del vecino del norte" busca sumir en sufrimiento a los cubanos.
En 2015 y 2016, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) amplió la lista de productos autorizados para exportar desde Estados Unidos y terceros países a Cuba, con énfasis en productos no duraderos, duraderos y consumibles, siempre y cuando fueran dirigidos a entidades no afiliadas al Gobierno de la República de Cuba. Pero hasta la fecha La Habana "ha prohibido en general estas importaciones", apunta el Consejo Económico y Comercial.
De acuerdo con el informe, las exportaciones aumentaron un 6,4% en abril de 2023, con más de 19.248.734 dólares en compras. En ese periodo se disparó la adquisición de leche en polvo y condensada (228.542 dólares); café (1.029.008); gofres y obleas (372.958); galletas (674.864) y condimentos mixtos (475.588).
Pese a la propaganda de La Habana, hoy Cuba ocupa el puesto 57 entre los mercados de exportación de alimentos y productos agrícolas de EEUU.
Entre las empresas que exportaron en el cuarto mes de 2023 a Cuba destacaron, en el caso de los suministros de pollo, AJC International, Intervision Foods y Gerber Agri International, todas con sede en Atlanta, Georgia; Boston Agrex, de Norwell, Massachusetts; Mountaire Farms, con sede en Little Rock, Arkansas; Vima USA, Ltd., de Nueva York, y Grove Services.
Se suman a ellas Arcross Group Corporation, con sede en Miami, Florida, que exportó papel y pollo; Koch Foods, con sede en Chattanooga, Tennessee, que suministró pescado y pollo, y Katapulk Marketplace, de Miami y propiedad del cubanoamericano Hugo Cancio, con amplias conexiones con la cúpula del régimen cubano, al que le vendió en abril metal de cobre y productos alimenticios.
El informe acota que existen "exportaciones no declaradas o no documentadas de productos de los Estados Unidos a Cuba" que llegan a través de canales como los vuelos chárter directos, las líneas aéreas regulares de terceros países y buques de carga.
Esos productos incluyen, pero no se limitan a, por ejemplo, "equipos de soldadura, herramientas eléctricas, equipos electrónicos, impresoras, suministros de cocina, suministros médicos, enseres domésticos, etc., llevados como equipaje (facturado y de mano) por los pasajeros", precisa el informe. O sea, el volumen de exportaciones no registradas podría fácilmente ser varias veces mayor que el de las documentadas por las autoridades de EEUU.
Advierte el informe que hoy "el Gobierno de Cuba tiene menos apoyo financiero, y otros actores (Rusia, China, Brasil, Irán, etc.) no tienen la capacidad para reemplazar a Venezuela como benefactores de importancia". Pero lo cierto es que no La Habana no deja de buscar ese aliado que lo sostenga, así sea a costa de la soberanía nacional.
FUENTE: diariodecuba.com / JOSÉ LUIS REYES