Mientras el régimen cubano le cuelga a cualquiera que piense diferente el cartel de “mercenario pagado por el imperio”, la hija del dictador Raúl Castro, Mariela Castro Espín, ha recibido miles de dólares de Estados Unidos, aunque los medios oficialistas no se atreven a tocarla ni con el pétalo de una rosa.
Una investigación del sitio digital ADN Cuba reveló que el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), que dirige Mariela, recibió en el 2010 una donación de caso 89 mil dólares de la organización benéfica Atlantic Philanthropies, del multimillonario estadounidense de origen irlandés Chuck Feeney, un hombre que desde 1982 decidió dedicar su riqueza al servicio de la humanidad.
Feeney, quien además aboga por que las personas adineradas usen su fortuna para mejorar el mundo, envió 88 mil 781 dólares al CENESEX para mejorar las instalaciones de investigación, publicación, difusión y gestión de la entidad y apoyar los programas que promueven la salud y los derechos sexuales.
La donación se hizo a través de “The Atlantic Charitable Trust”, un fideicomiso benéfico registrado en la Comisión de Caridad para Inglaterra y Gales, que formaba parte del emporio filantrópico de Feeney, disuelto en el 2020, tras 38 años de trabajo.
De acuerdo con la investigación de ADN Cuba, el magnate no se limitó al CENESEX, sino que a lo largo de 15 años, entre el 2002 y el 2017, desembolsó alrededor de 68 millones de dólares en programas relacionados con la salud y la mejoría de las relaciones entre Washington y La Habana.
Asimismo, la entidad que dirige la hija del dictador recibió fondos nada menos que de la fundación Ford para organizar un evento en el 2019 junto con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLASCO).
Así lo refleja la propia página oficial de CLASCO, en la convocatoriade la Escuela Internacional de Posgrado: “Géneros, sexualidades y derechos”, que se desarrolló en la capital cubana del 21 al 25 de octubre del 2019.
Pero, ay de aquel que ose llamar mercenaria a Mariela Castro por recibir fondos del imperio. Es la ley del embudo, donde el lado ancho favorece a la cúpula gobernante, mientras el estrecho va para el pueblo.
FUENTE: redacción de americateve.com