El cabaret Tropicana fue construido y estrenado en el 1939 en los Jardines de la finca Villa Mina, municipio de Marianao ( la ciudad que progresa ) .
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SUSCRIBITEEl cabaret Tropicana fue construido y estrenado en el 1939 en los Jardines de la finca Villa Mina, municipio de Marianao ( la ciudad que progresa ) .
Su nombre se inspiró en una canción del compositor cubano Alfredo Brito de ese nombre y estrenada en el cabaret por el tenor y actor mejicano Pedro Vargas.
La idea fué construir un restaurante-cabaret con capacidad para 300 personas a lo cual se le añadió un hermoso salón de juegos.
Se construyó al aire libre cuidando mantener la frescura de las arboledas con muchos árboles frutales. Como techo se construyeron unos arcos de cristal con lo cual la lluvia no interrumpía su funcionamiento. Por lo cual fue llamado “Un paraíso bajo las estrellas”.
El gran símbolo de Tropicana es una bailarina de ballet realizada por la escultora cubana Rita Longa en 1950 y en la entrada del cabaret está la famosa Fuente de las Musas con la bailarina en el medio.
El empresario Martin Fox lo tomó en el 1940 y nombró a Roderico Neyra ( Rodney) como el coreógrafo oficial de Tropicana.
Muy pronto Tropicana se convirtió en uno de las cabarets más famosos del mundo, con sus espectaculares shows donde habían muchas bailarinas y exquisitas modelos, mujeres cubanas de más de seis pies de altura engalanadas con plumas y flores que dejaban boquiabiertos a todos.
En su show hubo circo, bailes y teatro más los actores y cantantes de renombre mundial tales como:
Libertad Lamarque
Nat Kong Cole
Pedro Vargas
Pedro Infante
Bola de Nieve
Rita Montaner
Los Chavales de España
Tongolele
Liberace
Carmen Miranda
y muchos más que haría esta lista interminable, suficiente es decir que todo artista en aquella época que quisiera considerarse realizado tenía como meta el actuar en Tropicana.
Yo tuve la alegría de ir en muchas ocasiones y ahora que me acuerdo, nunca pagué pues siempre iba invitado a fiestas de quince y cumpleaños, que suerte tuve!, los shows eran inolvidables, en el escenario principal estaban los cantantes y las bailarinas destornillándose con la rumba y por todos lados y a diferentes alturas salían las modelos deslumbrándonos con su belleza física y trajes espectaculares.
La comida era excelente con cocineros de todas partes del mundo con estrellas Michelin, mis favoritas eran el cochinillo lechal y el pato a la Orange que lo hacía Robertico Peláez, un cocinero cubano amigo mío.
Desde el bar podías también ver el show y allí yo libaba los cócteles más maravillosos que preparaba Andresito, el capitán bartender, también mi amigo.
Al salón de juego, que era inmenso y donde no tenía amigos, fuí algunas veces a tirarle en la ruleta unas fichas al 23, el número favorito de mi mamá, con una suerte comprometida. Era bello, con mucha clase, los hombres tenían que entrar con traje, preferentemente Tuxedo, las mujeres elegantemente vestidas, haciendo un ambiente exquisito junto con la decoración europea del salón de juegos.
Ya graduado tuve yo la inmensa satisfacción de atender a Rodney en mi consulta y eso me dió la oportunidad de intercambiar muchas vivencias con él.
Tropicana, un paraíso bajo las estrellas, un ícono más por lo cual nuestra Cuba brilló en el mundo entero antes del 1959.
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