China continúa desarrollando activamente operaciones en Cuba en sectores como los de la inteligencia, la biotecnología, el militar-estratégico y la difusión de información, consideradas por expertos como una amenaza directa a Estados Unidos.
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SUSCRIBITEA pesar de haber cancelado acuerdos comerciales con La Habana, los sectores militar, inteligencia y de biotecnología siguen siendo de interés estratégico para Pekín
China continúa desarrollando activamente operaciones en Cuba en sectores como los de la inteligencia, la biotecnología, el militar-estratégico y la difusión de información, consideradas por expertos como una amenaza directa a Estados Unidos.
Todo ello, pese a un reporte del diario Financial Times de que Beijing no sería un benefactor de La Habana y le habría cancelado acuerdos comerciales, porque la dictadura de Raúl Castro no aplica serias reformas de mercado en la economía cubana.
María Werlau, directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba, menciona dos ejemplos poco conocidos de estas operaciones chinas en la isla.
Werlau, que ha estudiado y escrito sobre los vínculos China-Cuba en la era post Guerra Fría, recuerda que Beijing sí ha tratado de que el régimen cubano aplique el modelo chino en la economía de la isla, algo que La Habana no ha hecho hasta ahora.
Sin embargo, eso no significa que China redujera su presencia en territorio cubano, como base clave de sus operaciones contra Estados Unidos y de influencia en América Latina.
Por su parte, el doctor Rafael Marrero, economista jefe y miembro del consejo asesor de la Revista Forbes, quien también ha estudiado y publicado sobre las operaciones de China en Cuba, considera estas operaciones como una amenaza hacia Estados Unidos de naturaleza multidimensional, porque, además, de las desplegadas en el campo de la inteligencia humana, la de señales y de intención estratégicas, Beijing también ha desarrollado operaciones de infraestructura militar en territorio cubano.
En su análisis para América Noticias, Marrero también enumera que China ha usado su presencia en Cuba para lanzar campañas de desinformación en medios locales para distorsionar la historia de Estados Unidos en la región y fomentar el resentimiento hacia la influencia norteamericana y firmaron un acuerdo con La Habana para desarrollar proyectos de telecomunicaciones y energías que consolidan, en su opinión, la influencia china en sectores estratégicos cubanos, sin olvidar las operaciones en cuanto al apoyo logístico militar y la infraestructura cibernética que le ha dado Beijing al régimen.
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