En Cuba, las autoridades informaron el miércoles de viviendas que se vinieron abajo, caminos bloqueados y edificios que perdieron sus techos, siendo el este del país la región más afectada. Alrededor de 735.000 personas permanecían en albergues.
“Eso fue infernal. Toda la noche, algo tremendo”, dijo a The Associated Press Reinaldo Charon en Santiago de Cuba. El empleado de 52 años de edad fue una de las pocas personas que salió a las calles el miércoles, cubriéndose de la intermitente lluvia con un impermeable de plástico.
Los meteorólogos tienen previsto que Melissa, ahora un huracán de categoría 2, lleve vientos peligrosos, inundaciones y marejadas ciclónicas a las Bahamas a partir de la noche del miércoles hasta el jueves .
En Jamaica, más de 25.000 personas se encontraban hacinadas en refugios el miércoles después de que la tormenta desprendió los tejados de sus casas y los dejó temporalmente sin hogar. Dixon dijo que el 77% de la isla estaba sin electricidad.
Las interrupciones complicaron la evaluación de daños debido a “un apagón total de comunicaciones” en ciertas zonas, dijo Richard Thompson, director general interino de la Oficina de Preparación para Desastres y Gestión de Emergencias de Jamaica, a la estación de radio Nationwide News Network.
“La recuperación tomará tiempo, pero el gobierno está completamente movilizado”, declaró el primer ministro Andrew Holness en un comunicado. “Ya se alistan los suministros de asistencia y estamos haciendo todo lo posible para volver pronto a la normalidad”.
Funcionarios de Black River, un poblado costero de unos 5.000 habitantes en la parte suroccidental de la isla, hicieron un llamado de ayuda durante una conferencia de prensa el miércoles.
“Catastrófico es un término que no alcanza a abarcar lo que estamos observando”, declaró el alcalde Richard Solomon.
Añadió que la tormenta destruyó la infraestructura local para rescates. El hospital de la localidad, las unidades policiales y los servicios de emergencia quedaron inundados y sin capacidad para conducir operaciones de emergencia.
El ministro de Transporte, Daryl Vaz, dijo que dos de los aeropuertos de la isla reabrirán el miércoles exclusivamente para recibir vuelos de ayuda, mientras que las agencias de Naciones Unidas y decenas de organizaciones sin fines de lucro están a la espera para dar inicio a la distribución de productos básicos.
“La devastación es inmensa”, subrayó. “Necesitamos poner manos a la obra para recuperarnos más fuertes y ayudar a quienes lo necesitan en estos momentos”.
Estados Unidos enviará equipos de búsqueda y rescate para asistir en las labores de recuperación en el Caribe, informó el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en la red social X.
El superintendente de la policía de St. Elizabeth, Coleridge Minto, declaró el miércoles a Nationwide News Network que las autoridades han localizado al menos cuatro cuerpos en el suroeste de la isla. Además, se reportó un deceso en el oeste del país después de que un árbol cayó sobre un bebé, informó el senador Abka Fitz-Henley a la cadena radiofónica.
Antes de tocar tierra, ya se le habían atribuido tres muertes a la tormenta en Jamaica, así como otros tres decesos en Haití y uno más en República Dominicana.
El paso del huracán Melissa causó daños en más de 160 viviendas y destruyó otras 80 en el poblado de Petit-Goâve, donde murieron 20 personas, incluidos 10 niños, informó el miércoles la Agencia de Protección Civil de Haití.
El abogado Charly Saint-Vil relató que, tras el paso de la tormenta, vio cuerpos tendidos entre los escombros mientras recorría las calles del pequeño poblado costero en el que creció. También pudo ver a personas buscando a gritos a sus hijos desaparecidos, señaló.
“La gente lo perdió todo”, recalcó Saint-Vil.
Aunque ya quedó atrás la amenaza inmediata de la tormenta, Saint-Vil, de 30 años, dijo que los residentes de Petit-Goâve siguen preocupados por la falta de acceso a medicamentos, agua y alimentos en los próximos días debido a la inestabilidad política en el país.
“No sabemos qué va a pasar mañana o pasado mañana”, subrayó.
Por ahora, los vecinos se ayudan unos a otros para cubrir sus necesidades y encontrar un lugar para dormir. Saint-Vil recibió en su pequeño apartamento a varios de sus amigos que perdieron sus casas.
“Haré lo que pueda, pero no es fácil porque es una situación muy complicada para todos”, puntualizó.
Los habitantes de la provincia de Santiago de Cuba, en el oriente de la isla, comenzaron el miércoles a limpiar los escombros alrededor de los muros derrumbados de sus casas horas después de que Melissa tocó tierra en la región.
“Lo que importa es la vida”, dijo Alexis Ramos, un pescador de 54 años, mientras observaba su casa destruida bajo la protección de un impermeable amarillo. “Reparar esto cuesta dinero, mucho dinero”.
Los medios locales mostraron imágenes de los daños considerables que sufrió el Hospital Clínico Juan Bruno Zayas: cristales esparcidos por el suelo, salas de espera en ruinas y muros de mampostería derrumbados.
“En cuanto las condiciones lo permitan, iniciaremos la recuperación”, escribió el presidente Miguel Díaz-Canel en X.
El huracán podría agravar la severa crisis económica que atraviesa Cuba, la cual ya ha provocado prolongados apagones, así como escasez de combustible y alimentos.
El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba informó de una acumulación de lluvias de 38 centímetros (15 pulgadas) en Charco Redondo y 36 centímetros (14 pulgadas) en el embalse de Las Villas.
El miércoles por la noche Melissa presentaba vientos máximos sostenidos de 155 km/h (100 mph) y se desplazaba hacia el noreste a 33 km/h (21 mph), según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos. El huracán se ubicaba a unos 170 kilómetros (105 millas) al este-noreste del centro de las Bahamas y a unos 1.285 kilómetros (800 millas) al suroeste de Bermudas.
Las autoridades bahameñas evacuaron a decenas de personas del extremo sureste del archipiélago, antes de la llegada de la tormenta. Para el jueves por la noche, se espera que Melissa pase al oeste de las Bermudas.
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Rodríguez informó desde La Habana, Myers desde Santa Cruz, Jamaica y Sanon desde Puerto Príncipe, Haití. Los periodistas de The Associated Press Dánica Coto en San Juan, Puerto Rico, y Safiyah Riddle en Montgomery, Alabama, contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
  FUENTE: Associated Press