Los medios citaron a autoridades de seguridad israelíes.
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Según el primer ministro tailandés Srettha Thavisin también fueron liberados 10 ciudadanos tailandeses.
En total, 50 cautivos serán liberados durante una tregua de cuatro días.
Israel liberará a 150 palestinos durante los próximos cuatro días, como parte del acuerdo. Un total de 39 prisioneros serán liberados el viernes.
Una tregua de cuatro días en la guerra entre Israel y Hamás comenzó el viernes y permitió la entrada de ayuda a Gaza, además de preparar el escenario para la liberación de docenas de rehenes retenidos por insurgentes en el enclave a cambio de palestinos encarcelados en Israel.
En las primeras horas desde el inicio del alto el fuego temporal no se reportaron combates. La medida ofrece cierto alivio para los más de 2,3 millones de residentes en el sitiado territorio, que han soportado semanas de bombardeos y la escasez de productos básicos, además de para las familias israelíes que temen por el destino de sus seres queridos capturados durante la incursión de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra.
El acuerdo avivó la esperanza de poner fin a una guerra que ha arrasado amplias zonas de Gaza, alimentó un repunte de la violencia en la Cisjordania ocupada y despertó el temor a un conflicto más amplio en todo Oriente Medio. Pero Israel rechazó las especulaciones y afirmó que reanudará su masiva ofensiva una vez finalice la tregua.
Poco después de su entrada en vigor, cuatro camiones cisterna con combustible y otros tantos con gas para cocinar entraron en Gaza a través de la frontera con Egipto, dijo Israel.
Israel acordó permitir el reparto de 130.000 litros (34.300 galones) de combustible al día mientras dure el algo el fuego, que cubren apenas una pequeña parte de las necesidades diarias en la Franja, estimadas en más de un millón de litros (264.000 galones).
Durante la mayor parte de las últimas siete semanas, desde el inicio de la guerra, Israel vetó la entrada de cualquier tipo de combustible al enclave alegando que Hamás lo utilizaría con fines militares, aunque sí autorizó la llegada de pequeñas cantidades puntuales.
Las agencias de ayuda de Naciones Unidas rechazaron estas afirmaciones e indicaron que el reparto estaba muy vigilado y que se necesitaba de forma urgente para evitar una catástrofe humanitaria ya que el combustible alimenta los generadores que mantienen las plantas de tratamiento de agua, los hospitales y otra infraestructura crítica.
El ejército israelí lanzó octavillas sobre el sur del territorio en las que advirtió a los cientos de miles de palestinos desplazados que se refugian allí que no intenten regresar a sus casas en la mitad norte del enclave, donde se centra su ofensiva terrestre.
Pese a los avisos, se pudo ver a algunos palestinos caminando hacia el norte por la principal carretera del enclave. Dos personas murieron por los disparos de las tropas israelíes y otras 11 resultaron heridas.
Un reportero de The Associated Press vio los dos cadáveres y a los heridos cuando llegaron al hospital de Deir al-Balah.
Sofian Abu Amer, que huyó de la Ciudad de Gaza, contó que decidió arriesgarse a emprender el camino al norte para ver cómo estaba su casa.
“No tenemos ropa, comida y bebida suficientes", dijo. “La situación es desastrosa. Es mejor morir”.
Durante el alto el fuego, Hamás se comprometió a liberar a al menos 50 de los alrededor de 240 rehenes capturados junto a otros grupos insurgentes en su asalto del 7 de octubre. Por su parte, Israel dejará en libertad a 150 reos palestinos.
Ambas partes señalaron que los primeros en salir, a partir del viernes por la tarde, serán mujeres y niños. Israel aseguró que la tregua se ampliaría un día más por cada 10 rehenes extra que queden libres.
Antes en el día, pudo verse a ambulancias llegando a la base aérea militar de Hatzerim, en el sur de Israel. Los liberados serán trasladados en avión o por carretera a cinco hospitales distintos en todo el país para ser evaluados y recibir tratamiento médico, si fuese necesario, según funcionarios israelíes.
Los primeros rehenes liberados serán ciudadanos israelíes, entre los que hay algunos que tienen doble nacionalidad, indicó un funcionario de Hamás que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir los detalles del operativo con la prensa.
El Ministerio de Justicia israelí hizo pública una lista de 300 reos que podrían beneficiarse del acuerdo, en su mayoría adolescentes detenidos en el último año por arrojar piedras y otros delitos menores. Se prevé que Israel libere a tres reos palestinos por cada rehén.
Se espera que el “impulso” del acuerdo pueda llevar al “final de esta violencia”, dijo Majed al-Ansari, vocero del Ministerio de Exteriores de Qatar, que actuó como mediador junto a Estados Unidos y Egipto.
Pero horas antes del inicio de la tregua, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, fue citado diciendo a las tropas que la pausa sería corta y que la guerra seguiría durante al menos dos meses más.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha comprometido también a continuar la guerra para destruir las capacidades militares de Hamás, poner fin a sus 16 años de control en Gaza y llevar de vuelta a su país a todos los rehenes.
Unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, murieron a manos de los atacantes de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre. Los insurgentes capturaron además a decenas de rehenes, incluyendo bebés, mujeres y ancianos, además de soldados.
La campaña israelí se ha cobrado la vida de más de 13.300 palestinos, de acuerdo con el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por Hamás. Los funcionarios reanudaron el conteo de las víctimas el jueves tras haberlo suspendido el 11 de noviembre, alegando que no tenían capacidad para recabar datos debido al colapso del sistema de salud en el norte.
El nuevo dato no incluye cifras actualizadas de los hospitales de esa zona. Unas 6.000 personas están desaparecidas y se teme que puedan estar sepultadas bajo los escombros, añadió.
El recuento del ministerio gazatí no distingue entre muertos civiles y combatientes. Israel afirma que ha matado a miles de insurgentes de Hamás, pero no ha presentado pruebas.
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Mroue informó desde Beirut, Líbano, y Rising desde Bangkok, Tailandia. La periodista de The Associated Press Julia Frankel en Jerusalén contribuyó a este despacho.
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