“Es mi cumple y el número 30, encima. Estoy muy excitada al respecto”, le dijo Demi Lovato a Jimmy Fallon hace solo tres días, antes de soplar las velitas por anticipado en el célebre late night show norteamericano. El festejo de Demi, además, incluyó la edición de un nuevo disco titulado HOLY FVCK, que vio la luz en la medianoche del viernes 19 de agosto. “Mi música está más rockera, ahora. De hecho, en mi próxima gira, mis canciones más viejas van a sonar con una onda más de rock, no son tan pop ahora. Estoy volviendo a mis raíces: mis primeros dos discos tenían una influencia más rockera. Y acá estamos”, le contó a Fallon sobre el estado de situación actual de su arte.
Tres décadas y mil vidas es lo que está cumpliendo hoy Lovato, en un recorrido que está pavimentado de idas, venidas, caídas y resurrecciones desde que vio la luz el 20 de agosto de 1992 en Nuevo México, Estados Unidos, bautizada como Demetria Devonne Lovato. Su papá, Patrick Lovato, tenía raíces mexicanas, mientras que su mamá Dianna Hart -una reconocida cantante de country- le aportó componentes irlandeses e ingleses a su ADN. Pero a los dos años de nacida su hija, la pareja se separó y Dianna rehizo su vida poco después con Eddie De La Garza. Esta nueva unión le dio a Demi dos hermanas: Dallas Lovato y Madison De La Garza, quienes se dedican a la actuación.
A muy temprana edad, Demi demostró inquietudes artísticas, tanto por haber participado del coro escolar como por haber tomado clases de piano desde sus siete años. Su primera vez arriba de un escenario fue en un acto de la escuela, cantando “My Heart Will Go On”, de Celine Dion, inmortalizado en Titanic. El inicio oficial de su carrera se dio poco después, cuando tenía nueve años: su primer trabajo como actriz fue en la serie infantil Barney & Friends. Su salto al estrellato al entrar a la factoría Disney, siendo una de sus figuras más mimadas: después de haber participado de la serie As the Bell Rings, su primera película fue Camp Rock, estrenada en 2008, la que le permitió mostrar su talento como actriz y cantante. Desde ahí, comenzó una larga serie de éxitos en su carrera. Y de a poco, su vida privada se iba pareciendo cada vez más al infierno.
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Así como le pasó a muchos otros niños prodigio de la industria, Demi también tuvo que lidiar con las cuestiones derivadas de la fama y los flashes, con las amistades peligrosas que llegaron junto con el éxito y que la terminaron desviando por un camino de excesos.
En 2008 y en paralelo al éxito de Camp Rock, lanzó su primer álbum de estudio al que tituló Don’t Forget. Fue el primero de una serie que continuó con Here We Go Again (2009), Unbroken (2011), Demi (2013), Confident (2015), Tell Me You Love Me (2017), Dancing with the Devil... The Art of Starting Over (2021) y el flamante HOLY FVCK. Muchos de los singles de estos discos consiguieron entradas entre los veinte primeros puestos de la célebre lista de éxitos Billboard Hot 100 en Estados Unidos, cucardas con las que se prefiguró como un icono pop para los adolescentes de finales de la primera década de los años 2000.
En ese trajín, y siendo una adolescente en crecimiento, Lovato pasó por momentos complicados al desarrollar inseguridades físicas que derivaron en “ansiedad social” a los 12 años. También fue diagnosticada con desorden bipolar. Y en 2009, cuando tenía 17 años, probó por primera vez la cocaína según contó ella misma. “Mi padre fue un adicto y un alcohólico y supongo que quise saber lo que encontró allí”, se justificó.
El 1 de noviembre de 2010, en Lima, Perú, fue el primero de los tantos puntos de quiebre que sufrió Demi en cuanto a su salud. Su representante declaró que ella abandonó la gira que estaba compartiendo con los Jonas Brothers y el elencto de Camp Rock 2 para ingresar en un centro de rehabilitación. “Apoyamos la decisión de Demi de poner su salud en primer lugar y le enviamos nuestros mejores deseos”, decía un comunicado que emitió Disney por aquellos días.
A fines de enero de 2011 salió de la clínica y retomó sus compromisos tanto con la música como con el cine y la televisión, aunque siendo permanentemente supervisada por su familia y sus médicos para combatir sus adicciones y ciertos desordenes alimenticios. “Creo mi peor momento fue ese. Estaba muy enferma. Llegué a pensar que el jugo de naranja me iba a hacer engordar”, reveló Demi sobre aquella época. Mientras tanto, el show continuaba.
“Estaba deprimida a una edad muy, muy temprana. Me fascinaba la muerte. Me preguntaba cómo sería tener un funeral. Nunca supe por qué tenía pensamientos tan oscuros y me tomó mucho tempo descubrir qué es lo que pasaba”, declaró en su documental Simply Complicated, estrenado en 2017. “Mi consumo de drogas podía esconderlo donde fuera. No podía estar más de media hora sin cocaína. La llevaba en los aviones. Básicamente lo contrabandeaba y sólo esperaba a que todos en primera clase se fueran a dormir y lo hacía allí mismo. Me escabullía al baño y lo hacía”, contó sobre su adicción.
En junio de 2018, Demi editó una canción titulada “Sober” (”Sobria”), en la que confesaba que seguía lidiando con su adicción al alcohol. Fue más que un llamado de atención: un mes más tarde, fue trasladada de emergencia a una clínica después de que llamaran a una ambulancia por una sobredosis de fentanilo. En ese episodio Lovato le vio la cara a la muerte, pero pudo salvarse de milagro: por aquel entonces la rutina de la cantante consistía en el consumo permanente de heroína y crack.
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