La operación, denominada Patriot, se centró en el área metropolitana de Boston, considerada una jurisdicción santuario, y contó con la colaboración de múltiples agencias federales como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la ATF, el FBI, la DEA y el Servicio de Seguridad Diplomática.
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Detenciones masivas en ciudades santuario
De acuerdo con el comunicado oficial del ICE, 790 de los arrestados tenían antecedentes penales o cargos criminales en curso, mientras que otros 277 contaban con órdenes firmes de deportación que no habían sido ejecutadas debido a la protección de las políticas santuario.
Entre los individuos detenidos figuran acusados de delitos graves, incluyendo homicidio, agresiones sexuales a menores, narcotráfico y venta ilegal de armas. Según el informe, muchos de ellos se encontraban libres en distintas ciudades del estado antes del operativo.
Las nacionalidades de los arrestados incluyen personas provenientes de Guatemala, Brasil, Uruguay, Ecuador, Colombia, El Salvador, Honduras, México, entre otros países de América Latina.
Autoridades defienden el operativo
Patricia H. Hyde, directora regional del ICE en Boston, aseguró que la operación representa un paso importante hacia la seguridad pública:
“La Commonwealth de Massachusetts es hoy un lugar más seguro gracias al trabajo incansable de nuestros agentes y el apoyo de las agencias federales. Hemos detenido a casi 1.500 extranjeros ilegales, muchos de ellos con antecedentes penales significativos tanto en EE.UU. como en el extranjero”.
Por su parte, la fiscal federal del distrito de Massachusetts, Leah B. Foley, respaldó la acción y envió un mensaje contundente:
“Cuando alguien que está en el país de manera ilegal decide dedicarse al crimen, traficar fentanilo, vender armas o cometer fraudes contra el sistema de asistencia pública, deja de ser solo un inmigrante: es un criminal y será procesado como tal”.
Obstáculos y tensiones locales
Funcionarios del ICE también denunciaron obstáculos durante el operativo. Según declaraciones brindadas a Fox News, muchos de los detenidos habían sido liberados previamente por autoridades locales, pese a que existían órdenes de detención federales activas.
Además, señalaron que enfrentaron resistencia diaria por parte de grupos activistas anti-ICE, que intentaron interferir en las labores de detención en diferentes localidades del estado.
La operación Patriot marca un nuevo precedente en las acciones migratorias del gobierno federal en territorios considerados santuario, y ha reabierto el debate sobre el equilibrio entre políticas de protección migratoria y la seguridad pública.