El venezolano había estado fuera de juego desde el 7 de septiembre debido a un hematoma en el antebrazo derecho. Después de irse de 4-0 con dos ponches el martes en su único juego de rehabilitación con la sucursal de la Triple-A en Syracuse, estuvo disponible desde la banca el miércoles por la noche contra los Padres de San Diego en el Citi Field.
Nueva York comenzó el día con una ventaja de juego y medio sobre Arizona en la disputa por el último boleto como comodín de la Liga Nacional.
El receptor titular, el también venezolano Francisco Álvarez, regresó a la alineación después de salir en la octava entrada del encuentro del martes, una victoria de 8-3, cuando fue golpeado en el brazo izquierdo por una recta a 100 millas por hora del novato venezolano de los Padres, Bradgley Rodríguez.
“Tan pronto como sucedió anoche, cuando salí al campo, pensé que iba a estar fuera. No sonó bien, desde el dugout”, relató el manager venezolano de los Mets, Carlos Mendoza. "Estaba con mucho dolor. Así que supe que iba a salir del juego, ¿verdad? Y luego, antes de que terminara el partido, estaba en el dugout con hielo en el brazo y con una sonrisa en su rostro. Me quedé impresionado.
“Lo revisaron. Estaba más preocupado por el codo. Pero luego, hablando con los entrenadores, era más como el área del tríceps. Así que pensé, está bien, creo que tuvimos suerte aquí”.
Mendoza se maravilló de la dureza y determinación mostrada por Álvarez, de 23 años, quien ya juega con un meñique roto en su mano izquierda y un ligamento colateral cubital desgarrado en su pulgar derecho.
"Es increíble", dijo Mendoza. "Este chico es algo especial, hombre".
A fin de hacer espacio en la nómina para Torrens, los Mets enviaron al receptor Hayden Senger a Syracuse.
Torrens, un excelente defensor con un brazo potente, estaba bateando para .225 con cinco jonrones, 29 carreras impulsadas y un OPS de .635 en 87 juegos.
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FUENTE: Associated Press