Pobladores del Reparto Militar, en Guisa, provincia de Granma, se enfrentaron a las autoridades del régimen, en medio de apagones por más de tres días tras la rotura de un transformador por el que recibían la corriente de una hidroeléctrica en la zona.
Pero a partir de esa rotura, los vecinos se negaron a conectar la comunidad al Sistema Eléctrico Nacional por todos los cortes diarios de energía que sufren los cubanos en esa red en la isla.
El enfrentamiento de pobladores de Guisa con las autoridades locales confirma también que cada vez más cubanos comprenden quiénes son los verdaderos culpables de la dura vida cotidiana en la isla.
La última semana de noviembre de este 2024 inicia igualmente con apagones todo el día en toda Cuba, más un 44 % del país los sufrirá en el horario pico de la tarde-noche.
Ni siquiera la conexión, caída y reconexión de la Antonio Guiteras, la mayor termoeléctrica de la isla, reducirá estos apagones porque otra unidad, la 1 de Santa Cruz del Norte, salió del sistema y ahora suman nueve las unidades fuera de servicio, cinco de ellas por roturas.
Ninguna de las promesas del régimen ha podido disminuir los apagones en Cuba, una crisis que se agravó sobre todo a partir del pasado mes de agosto, sumándole dos colapsos totales de la red eléctrica nacional, más los destrozos provocados por dos huracanes y dos terremotos en el país.
Cálculos de la agencia española EFE consideran que en estos momentos, al menos cinco de cada diez bombillos están apagados en la isla.
En medio de la imparable crisis con la energía eléctrica en Cuba, para la cual el régimen demuestra cada día que no tiene una salida real, empresas estatales como la 26 de Julio del Ministerio de la Agricultura en Granma, se han visto obligadas a fabricar anafes, esos pequeños hornos portátiles de carbón para cocinar.
Pero lo irónico de todo es que ahora, además de sufrir apagones, tampoco tienen la materia prima para producir estos hornos que venden en ferias populares de esa provincia.