La población cubana experimenta un creciente descontento debido a las recientes medidas económicas anunciadas por el gobierno de Miguel Díaz-Canel, las cuales, según se argumenta, están llevando a millones de ciudadanos a vivir en condiciones de extrema pobreza.
Las críticas hacia la gestión estatal están aumentando y no se limitan a expresiones de presos políticos, opositores o artículos en la prensa independiente; de hecho, la mayoría proviene de ciudadanos fidelistas.
En las calles, se escuchan declaraciones de descontento, como la de una cubana que, a pesar de ser fidelista y haber estado completamente de acuerdo con la economía y la situación en la época de Fidel Castro, ahora siente que el nuevo gobierno está llevando al pueblo a situaciones difíciles.
El aumento previsto en el precio de servicios esenciales como gas licuado, electricidad, combustible y transporte, sin un aumento proporcional en los salarios, genera preocupación entre la población, que teme no poder cubrir ni siquiera los gastos básicos para ir a trabajar.
Este malestar se suma a las tensiones ya existentes en el país.