Negación oficial ante el repunte de casos en Matanzas
El ministro de Salud Pública de Cuba (MINSAP), José Ángel Portal Miranda, afirmó este jueves que no se han registrado muertes por dengue ni chikungunya en Matanzas, pese a los múltiples reportes ciudadanos que denuncian un colapso sanitario y un incremento preocupante de los contagios en la provincia.
Durante una reunión encabezada por las autoridades locales del Partido Comunista de Cuba, entre ellas Mario Sabines Lorenzo (primer secretario del PCC en Matanzas) y la gobernadora Marieta Poey Zamora, Portal Miranda calificó de “rumores” las informaciones sobre fallecidos.
“No hay muertos en Matanzas por esta enfermedad. Ni hay casos graves ni críticos. Nadie puede esconder una epidemia ni los muertos”, aseguró el ministro, según una publicación del Periódico Girón en Facebook.
El funcionario agregó que los diagnósticos fueron confirmados por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y el Centro Nacional de Vigilancia, y reiteró que la situación “está bajo control”.
Reconocimiento del brote, pero sin admitir gravedad
Aunque el ministro reconoció el aumento de casos, insistió en que no hay motivos de alarma. Según explicó, el repunte responde a la alta susceptibilidad de la población, tras varios años sin circulación significativa del virus, y a la proliferación del mosquito Aedes aegypti causada por el cambio climático y las lluvias tropicales.
Portal Miranda señaló que los pacientes confirmados presentan síntomas leves y no hay reportes de complicaciones severas, al tiempo que aseguró que no circula el virus del SARS-CoV-2, aunque se mantiene la vigilancia ante otros virus respiratorios como la influenza y el sincitial respiratorio.
“Tenemos que transmitirle a la gente que no dejamos de saber que tenemos problemas, pero que estamos haciendo todo por salvarle la vida”, añadió el ministro, admitiendo las limitaciones materiales y de personal médico para enfrentar el brote.
Medidas sanitarias y participación comunitaria
Entre las medidas anunciadas, el MINSAP incorporará estudiantes de Ciencias Médicas a las tareas de pesquisa activa, fumigación y control vectorial.
También se reforzarán los policlínicos y consultorios médicos, y se habilitarán consultas especiales para atender secuelas post-dengue.
Las autoridades identificaron como zonas más afectadas los policlínicos de Playa, Versalles y Milanés, donde se realizan más de 4,000 pesquisas diarias con apoyo de brigadas sanitarias y comunitarias.
Además, el Partido Comunista convocó a una jornada masiva de higienización este fin de semana, coincidiendo con el aniversario 332 de la ciudad de Matanzas.
“La participación de todos no es necesaria, es imprescindible”, enfatizó Portal Miranda, instando a mantener limpios los espacios para eliminar criaderos del mosquito.
Contexto: hospitales saturados y desconfianza ciudadana
A pesar del discurso oficial, habitantes y profesionales de la salud en Matanzas denuncian hospitales saturados, largas esperas, falta de medicinas y ausencia de fumigación sistemática.
Mientras el ministro niega fallecimientos, fuentes médicas y familiares aseguran que sí han ocurrido muertes vinculadas al dengue, especialmente en niños y adultos mayores, aunque estos casos no han sido reconocidos oficialmente.
El discurso gubernamental busca transmitir calma y control, pero llega en un contexto de profunda desconfianza social hacia el sistema de salud cubano, deteriorado por años de crisis epidemiológica, escasez de insumos y fuga de personal médico.
“Cada año dicen que está todo controlado, pero los hospitales no dan abasto. El dengue está matando y ellos lo saben”, comentó un residente matancero en redes sociales.
Una epidemia silenciada
Las epidemias de dengue se repiten cada año en Cuba, y los intentos de minimizar su impacto se han vuelto parte del discurso oficial.
Sin embargo, la realidad en hospitales, barrios y policlínicos revela un escenario de emergencia sanitaria no reconocida, donde el personal médico trabaja con recursos mínimos y la población enfrenta el brote prácticamente sola.
El caso de Matanzas evidencia la brecha entre la versión oficial y la experiencia cotidiana de los ciudadanos, en una isla donde la desinformación y la censura agravan los efectos de las crisis sanitarias.