Según publica el portal Cubanet, Tres pequeños, dos niñas y un varón, se acercaron al humorista Limay Blanco para pedirle dinero con el fin de comprar comida. Los pequeños sobreviven buscando latas entre la basura para luego venderlas.
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SUSCRIBITESegún publica el portal Cubanet, Tres pequeños, dos niñas y un varón, se acercaron al humorista Limay Blanco para pedirle dinero con el fin de comprar comida. Los pequeños sobreviven buscando latas entre la basura para luego venderlas.
Según detalló el humorista en redes sociales, el encuentro ocurrió en la ciudad de Pinar del Río.
“Qué triste loque está pasando, por qué hemos llegado a esto, qué nos pasó”, preguntó el humorista en una publicación donde compartió una foto de los pequeños sentados en un restaurante al que solo tuvieron acceso porque Blanco lo costeó.
El artista apuntó que los niños guardaron parte de la comida, una vez que estaban satisfechos, y se le llevaron en una bolsa para alimentarse después.
“Ellos me cuentan cosas, que por pudor no puedo escribir aquí, de su día a día, y de dónde tienen que esconder el dinero para que no se lo quiten”, escribió el cubano en sus redes sociales.
Limay se encuentra en la provincia más occidental de Cuba para realizar un espectáculo. Las ganancias de este irán a su proyecto benéfico.
Blanco es conocido no solo por su trabajo como humorista sino por su labor ayudando a las personas necesitadas en la isla. Gracias a sus gestiones, varias familias sin hogar hoy tienen un techo para dormir y muchos niños poseen ropa, zapatos y tuvieron el medicamento requerido.
“Estos tres niños deberían estar en sus casas, viendo los muñequitos o jugando con sus juguetes, pero les tocó esta vida” acotó Limay y lamentó no poder hacer más por ellos.
El humorista sabe que probablemente mañana ellos vuelvan a la calle a recoger latas y no siempre tendrán la suerte de que alguien pueda costearles un almuerzo.
Tristemente la situación de estos pequeños no es un caso aislado. Cada vez con más frecuencia salen a la luz imágenes de personas vulnerables como menores de edad y ancianos, hurgando en la basura para subsistir.
Esta semana se conoció el caso un niño de Santiago de Cuba que recoge latas y otros deshechos para venderlos posteriormente como materia prima.
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