El esperado concierto de los reguetoneros Dany Ome y Kevincito El 13 este viernes en el recinto estatal Pabexpo, en La Habana, no solo hizo vibrar a miles de fanáticos, sino que también encendió la polémica tras la aparición entre el público de Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, cuya presencia provocó una avalancha de críticas en redes sociales.
Los artistas, ambos radicados en Miami y de gira especial por Cuba, ofrecieron un show cargado de ritmo, luces y su repertorio más popular ante una audiencia joven que llenó el recinto y coreó cada canción. Sin embargo, la fiesta musical se vio parcialmente opacada cuando comenzaron a circular imágenes de Sandro Castro disfrutando del evento, vestido de negro, con gafas oscuras y grabando momentos del espectáculo para compartirlos en sus redes.
Sandro Castro: el concierto de Dany Ome y Kevincito El 13
En sus historias de Instagram, Sandro no dudó en elogiar el concierto con frases como “Duro bien logrado”, alimentando aún más la reacción de usuarios y cuentas influyentes como Un Martí To Durako, que compartió las fotos con comentarios irónicos: “Y mientras tanto, el nieto…”.
Otros internautas no tardaron en ironizar la situación: “Ese es el tanque de esa familia”, “¿Cómo va a ser neutral un concierto si lo aplaude la casta?”, se leía en comentarios que rápidamente se viralizaron. Para muchos, la presencia de Castro simboliza la desconexión de una élite privilegiada frente a la crisis que golpea a la mayoría de los cubanos.
Screenshot 2025-07-19 at 2.24.42PM
La polémica llega apenas días después de que Sandro volviera a ocupar titulares internacionales por su estilo de vida ostentoso. Medios como El País y Deutsche Welle lo han calificado de “caricatura decadente del castrismo”, tras años mostrando lujos y excentricidades mientras la isla enfrenta desabastecimiento y apagones.
El mánager de Dany Ome y Kevincito El 13, Magdiel Díaz, ha reiterado que esta gira no tiene vínculos con instituciones oficiales y que se trata de un evento organizado de forma independiente. Sin embargo, la imagen de Sandro Castro entre el público alimenta la percepción de que estos espacios culturales masivos siguen estrechamente vinculados a figuras cercanas al poder.
La aparición de Castro volvió a poner sobre la mesa la tensión entre la música urbana y el poder, dejando claro que, en Cuba, un simple concierto puede convertirse en escenario de debate sobre desigualdad, privilegios y simbolismos políticos.