Frank Cuspinera, fundador del supermercado Diplomarket, conocido como el “Costco cubano”, rompió su silencio desde una prisión en Cuba, donde permanece detenido desde junio de 2024.
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SUSCRIBITEEn una carta manuscrita, el empresario denuncia haber sido víctima de tortura psicológica, manipulación judicial y un entramado represivo que, asegura, busca despojarlo de sus bienes.
Frank Cuspinera, fundador del supermercado Diplomarket, conocido como el “Costco cubano”, rompió su silencio desde una prisión en Cuba, donde permanece detenido desde junio de 2024.
En una carta manuscrita, el empresario denuncia haber sido víctima de tortura psicológica, manipulación judicial y un entramado represivo que, asegura, busca despojarlo de sus bienes.
La misiva, firmada el pasado 21 de mayo y difundida inicialmente por el influencer Alexander Otaola, fue autenticada por el medio independiente 14ymedio, que además recogió declaraciones de un familiar cercano a Cuspinera.
Cuspinera fue arrestado el 20 de junio de 2024 sin que se conocieran detalles oficiales sobre su paradero o proceso legal. Durante casi un año, su situación se mantuvo en la sombra, hasta ahora. En su carta, dirigida a la comunidad internacional, a organismos de derechos humanos y al Departamento de Estado de Estados Unidos, afirma que su detención ha estado marcada por violaciones sistemáticas al debido proceso.
“Me acusaron sin derecho a defensa, fabricaron pruebas y me aislaron desde el primer momento. Han bloqueado sistemáticamente mi acceso a la justicia”, señala en el documento.
Según el empresario, tanto la Fiscalía como su abogado actuaron de forma coludida con la Seguridad del Estado, permitiendo el embargo de propiedades y cuentas valuadas en millones de dólares.
Cuspinera anunció que iniciará una huelga de hambre a partir del 1 de junio de 2025, en protesta por las condiciones de su detención y en demanda de un proceso judicial con garantías mínimas. Asegura no buscar impunidad, sino poder defender su inocencia ante un tribunal imparcial.
“No busco evadir la justicia, sino demostrar mi inocencia”, escribió, al tiempo que responsabilizó a varios funcionarios por lo que considera un encierro arbitrario y orquestado políticamente.
El caso ha generado preocupación entre empresarios y analistas que advierten sobre los riesgos legales y políticos de invertir en Cuba, donde los marcos jurídicos son débiles y las decisiones económicas pueden estar sujetas a intereses del poder.
La historia de Cuspinera —un empresario independiente, exitoso y con negocios fuera del control estatal— se ha convertido en un nuevo símbolo de las limitaciones a la iniciativa privada en la Isla, donde el éxito económico sin alineamiento político suele estar mal visto.
“En una dictadura, el emprendimiento es tolerado solo mientras sirva al poder. Cuando se convierte en autónomo, se convierte en amenaza”, opinó un abogado radicado en Miami que ha seguido el caso de cerca.
Para muchos, la experiencia de Frank Cuspinera sirve como advertencia: en Cuba, el éxito privado puede tener un alto costo personal y económico, especialmente si no se subordina a los intereses del Estado.
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