Al espía cubano René González lo captan echando gasolina no sólo en su auto, sino en un tanque externo, irónicamente, mientras el régimen racionó aún más la venta de combustible y prohibió precisamente esos recipientes como el que usa el ex integrante de la Red Avispa.
La imagen del espía cubano René González depositando gasolina en un tanque que guarda en el maletero de su auto aparece mientras la nueva crisis con el combustible en la isla es tal, que en Las Tunas, al parecer ni siquiera podrán garantizar a corto plazo la ya restringida venta de gasolina ahí de cinco litros a las motos y diez a los autos.
El régimen, que reconoció que ni en mayo próximo habría una salida a esta crisis tampoco, parece saber cómo dar aliento a los cubanos, en medio de tantas malas noticias.
Hoy hace hasta absurdos actos políticos como el de la estatal División Territorial de Combustibles en Cienfuegos para anunciar lo que se supone sea su función: que distribuirán el combustible, dicen, claro, cuando les llegue.
La escasez de moda con el combustible que llevó en la capital cubana a limitar su venta por vehículo a 40 litros de gasolina y a 100 litros de diésel se agudiza justo cuando los 470 diputados designados por el régimen ratifican lo que decidió antes Raúl Castro, el poder real en Cuba: que Miguel Díaz-Canel siga siendo cinco años su designado y además, cuando Serguei Lavrov, canciller ruso, visita la isla para reforzar la alianza con La Habana y recibir más apoyo ante las sanciones por la invasión de Moscú a Ucrania.
Recientemente, ya habían viajado a Cuba el poderoso secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, y el jefe de la mayor petrolera rusa, Igor Sechin, mano derecha de Vladimir Putin.