Desde el corazón del Parque Nacional de los Everglades, el centro de detención migratoria apodado “Alligator Alcatraz” se ha convertido en escenario de fuertes denuncias por parte de migrantes cubanos recluidos allí. Uno de ellos, Jesús Martínez, relató a Telemundo 51 las condiciones deplorables a las que están sometidos.
Martínez, quien llegó a Estados Unidos en 1997, fue detenido por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el pasado 9 de julio, tras acudir a una cita migratoria. Desde entonces permanece retenido en esta instalación improvisada, construida en apenas dos semanas y rodeada por pantanos infestados de caimanes y pitones.
El cubano, que cumplió una condena de cinco años en 2002 por conspiración relacionada con drogas, asegura que desde su liberación mantuvo una vida alejada de delitos. Hoy enfrenta la posibilidad de ser deportado a un tercer país, pues ya no tiene vínculos familiares en Cuba, una práctica que se ha hecho frecuente tras el rechazo del régimen cubano a recibir migrantes con antecedentes penales.
Baños colapsados y comida a cualquier hora
Según relató Martínez, los problemas comienzan por la falta de saneamiento básico: “Los baños se desbordan, el piso se llena de excremento y no hay limpieza”, denunció. A ello se suma la mala calidad de los alimentos y la falta de un horario regular para comer: “Nos sacan a comer cuando les da la gana, lo mismo a las nueve de la noche que a las doce. Nos tratan como perros”.
Sus palabras coinciden con testimonios similares, como el del cantante cubano Leamsy Izquierdo Molina, conocido como Leamsy La Figura, quien recientemente denunció que los detenidos sufren falta de agua para bañarse, temperaturas extremas por aire acondicionado constante, y carencia de medicamentos para quienes padecen enfermedades mentales.
Más de 700 migrantes en condiciones extremas
Alligator Alcatraz abrió el pasado 1 de julio de 2024 y hoy alberga a más de 700 migrantes, muchos de ellos a la espera de ser deportados. Según testimonios de familiares, como Katia Rojas, madre de uno de los detenidos, la situación es insostenible: “Mi hijo me cuenta que no se ha podido bañar en días. Todo está sucio y los custodios abusan de ellos”, denunció.
A esto se suma la falta de acceso a asistencia legal, lo que deja a muchos sin herramientas para defenderse. Según se ha podido conocer, alrededor de 250 de los detenidos no tienen antecedentes penales ni cargos criminales, sino solo infracciones migratorias. Pese a ello, conviven con personas condenadas por delitos graves.
El caso de Jesús Martínez revive la polémica por la deportación de migrantes cubanos hacia países de África, como Sudán del Sur o Esuatini, ante la negativa de Cuba de aceptarlos de regreso. Mientras tanto, organizaciones defensoras de derechos humanos exigen una supervisión inmediata de estos centros y garantías mínimas de trato digno para los detenidos.