La Habana, 18 dic (EFE). El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel declaró este jueves el inicio de una “guerra sin cuartel” contra los “burócratas, indolentes y corruptos”, a los que calificó de “traidores”, pocos días después de hacerse pública la sentencia de cadena perpetua contra el exministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.
Las declaraciones se produjeron durante el cierre del periodo de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en un discurso centrado en la crisis económica y la responsabilidad de la dirigencia estatal.
Aunque Díaz-Canel no mencionó directamente a Gil, afirmó que la “burocracia, indolencia y corrupción” constituyen “lastres” que frenan al país y que en esos comportamientos “anida la traición”.
“Los burócratas, los indolentes y los corruptos son la negación misma de la revolución. En sus actitudes se expresa un desprecio profundo por el pueblo”, dijo el mandatario, insistiendo en que “el antídoto está en el pueblo, que tarde o temprano hace caer la máscara del simulador”.
La condena contra Alejandro Gil: espionaje, cohecho y desvío de recursos
El Tribunal Supremo Popular sentenció al exministro a cadena perpetua, además de una pena adicional de 20 años en un proceso paralelo, por delitos como:
El Supremo argumentó que Gil “se aprovechó de las facultades de su cargo para obtener beneficios personales”, recibiendo dinero de firmas extranjeras y sobornando a funcionarios para legalizar la adquisición de bienes.
La sentencia enfatizó que la traición a la patria es el más grave de los crímenes, y justificó la sanción como una respuesta “severa y ejemplarizante”.
Gil fue ministro entre 2018 y 2024, miembro del Comité Central del PCC y estrecho colaborador de Díaz-Canel, lo que convierte su caída en uno de los episodios más drásticos dentro de la élite política cubana en décadas.
Economía en crisis: Díaz-Canel reconoce errores y distorsiones
Buena parte del discurso del mandatario estuvo dedicado a la grave crisis económica que atraviesa Cuba.
Díaz-Canel admitió que no se trata de “una crisis más”, sino del resultado de errores propios, “distorsiones acumuladas” y fallas en la conducción macroeconómica.
“Se siente en las colas, en el bolsillo, en los apagones, en el transporte que no llega y en el plato de comida que escasea”, reconoció.
Entre los principales problemas destacados:
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PIB con varios años consecutivos en contracción
inflación elevada
crisis energética estructural
caída sustancial de ingresos externos
desabastecimiento creciente
El ministro de Economía, Joaquín Alonso, ha adelantado que el Gobierno proyecta un crecimiento “discreto” del 1 % en 2026, aunque la misma meta para 2025 no se cumplirá por la nueva contracción del PIB.
Parlamento reducido y por videoconferencia
La última sesión ordinaria del año de la Asamblea Nacional se desarrolló en formato reducido y mediante videoconferencia, reflejando el severo deterioro económico y logístico del país.