Hasta que se postuló contra el senador Ted Cruz el año pasado, O'Rourke era poco conocido más allá de su ciudad de El Paso. Pero el demócrata de 46 años de edad se convirtió en una sensación en una campaña que usó organizaciones de base y redes sociales para animar a los votantes jóvenes y las minorías. Perdió ante Cruz por solo 3 puntos porcentuales en el estado más grande de tendencia republicana, batiendo récords de recaudación de fondos y provocando especulaciones de que apuntaría a la presidencia.
O'Rourke ahora tendrá que probar si puede reproducir la energía que logró en su campaña en Texas a nivel nacional. A pesar del revuelo que causó su candidatura senatorial, no ha demostrado muchos conocimientos de política nacional o internacional. Además, es un hombre blanco, en una contienda interna donde hay una gran cantidad de mujeres y gente de color.
"Esta será una campaña positiva que tratará de sacar lo mejor que tenemos, cada uno de nosotros, que buscará unir a un país sumamente dividido”, dijo O'Rourke en un anuncio por video. “Vimos el poder de esto en Texas”.
En el video, donde aparece en un sofá sentado al lado de su esposa, O'Rourke declara: “Voy a viajar por el país y escuchar a los ciudadanos a quienes deseo servir”.
De allí, dijo, regresará a El Paso para un evento de lanzamiento de campaña el 30 de marzo. Invitó a sus partidarios “a la mayor campaña de base que este país haya visto”.
O'Rourke, quien habla español y fue rockero punk en su juventud, se incorpora a un establo de precandidatos demócratas en el que podría destacar debido a su talento para recaudar fondos, su atractivo bipartidista, su amabilidad tejana y actitud anti-establishment. Su falta de experiencia en gobierno podría perjudicarle, pero el auge de Donald Trump parece indicar que los estadounidenses podrían optar por un líder carismático ajeno a la burocracia tradicional.
FUENTE: Associated Press